A.Orfila/F.Fernández
Vicenç Grande quiere llevar a buen puerto el proyecto del nuevo estadio del Real Mallorca, cuya ubicación contempla en los terrenos donde se sitúa el actual estadio de Son Moix. Y para ello está dispuesto a echar el resto con el fin de cumplir su objetivo. El presidente balear estudia la posibilidad de comprarle al Ajuntament de Palma los terrenos sobre los que se asienta el actual estadio mallorquinista en lo que supone una operación inmobiliaria de altos vuelos. Meses atrás, el club rojillo presentó el anteproyecto de ampliación de Son Moix, dejando ver sus intenciones de futuro. Incluso se planteó la posibilidad de levantar un nuevo estadio en otra ubicación dentro del espacio urbano de Ciutat. Salieron a la luz las posibles localizaciones del Polígon de Llevant y es Molinar, pero aunque la cosa quedó congelada, Grande y el consejo de administración del Mallorca siguieron manteniendo viva la llama y la idea de dotar a la entidad de un feudo de mayores dimensiones a las actuales. Y ahora, el catálogo de intenciones de Grande y su equipo de trabajo contempla la posibilidad de hacerse con la propiedad vitalicia de Son Moix.
Grande lo tiene claro y quiere llevar a buen puerto sus intenciones, aunque deberá tener en cuenta el parecer del Ajuntament de Palma. Fuentes consultadas por este diario, han podido saber que, aunque no existe ninguna oferta en firme para la compra de Son Moix por parte del Real Mallorca ni de Vicenç Grande, dese Cort no se baraja la posibilidad de poner en venta ni deshacerse de una de las instalaciones emblema del mapa deportivo de Ciutat que, aunque están cedidas a la SAD mallorquinista por espacio de varias décadas para su uso, el Consistorio sigue teniendo la titularidad de las mismas y derecho a utilizarlas en fechas puntuales. De esta manera, Cort pone freno a cualquier tipo de operación de compra-venta del estadio de Son Moix, foco de atención a lo largo de los últimos meses y de polémica desde su inauguración.
Y es que la presencia de las pistas de atletismo y la excesiva distancia que existe entre las gradas y el terreno de juego con motivo del tartán, no agrada ni al club ni a la propia afición. La eliminación de las mismas es una exigencia histórica del mallorquinismo, aunque Cort no mueve pieza y defiende su presencia, amparada por el convenio que el Consejo Superior de Deportes suscribió en su día de cara a la financiación del estadio municipal de Son Moix, cuya finalidad inicial, además de ser escenario de los partidos del Real Mallorca, fue albergar las pruebas de atletismo y las ceremonias de los Juegos Mundiales Universitarios (Universiada) del año 1999. Ahora, Vicenç Grande y su consejo tiene claro que la propiedad de Son Moix es una posibilidad tangible, aunque encontrarán la firme oposición de Cort, que tiene allí uno de sus principales activos.