Albert Orfila / Carlos Montes de Oca
La permanencia no ha cambiado sus costumbres. Vicenç Joan Grande Garau (Pont d'Inca, 1952) no alteró su rutina el día después de asegurar la décima temporada consecutiva del Real Mallorca en Primera División. A primera hora, el presidente y máximo accionista de la SAD balear ya estaba sentado en su despacho de Drac. Como un día cualquiera, pero con la satisfacción del deber cumplido, de haber llegado a buen puerto en su primer año de travesía. Porque aunque parece que lleva ahí sentado toda la vida, todavía no ha cumplido un año en la presidencia del club. Reconoce sentirse aliviado por la salvación y desvela que se hubiera ido en caso de haber descendido a Segunda División porque «cuando uno fracasa, debe dejar paso a otras personas». Vicenç Grande recibió a Ultima Hora para analizar su primera campaña en la nobleza de la Liga, trazar las líneas maestras del crecimiento deportivo y económico de la entidad, que pasan por «el nuevo campo», y no esconder la decepción que le ha supuesto la recta final del Drac Inca, que patrocinará el próximo curso 2006-07 «por última temporada».
-Se ha sufrido muchísimo durante todo el curso, pero paradójicamente sobra la última jornada. ¿Cómo resume su primera temporada en la presidencia del Mallorca?
-Sufrimiento, sufrimiento y alegría. Cuando comenzó la temporada, dije que me gustaría finalizar entre los doce primeros. Hemos estado sólo una o dos jornadas en esa posición, pero la verdad es que la temporada ha sido muy irregular porque algunos jugadores no han funcionado como se esperaba. Alguien me ha dicho que ha sido mejor salvarse así que no quedar entre los diez primeros porque entonces me hubiera creído que todo el monte es orégano y hubiese sacado pecho. Y a lo mejor tiene razón. Me he dado cuenta en este primer año lo difícil que es y lo mucho que he aprendido. Claro que me hubiera gustado más quedar entre los diez primeros y no pasar pena. Pero hay factores que no podemos olvidar: tenemos el 16º o 17º presupuesto de la Primera División y, por lo tanto, hemos cumplido.
-¿Eso quiere decir que el futuro del club para dar un salto de calidad pasa de forma irremediable por incrementar el capítulo de ingresos?
-Aquí hay dos factores: uno pasa por aumentar el capítulo de ingresos; y otro es que hemos estado pagando y pagaremos durante dos años más el tercer puesto de la temporada 2000-01. Le recuerdo que el presupuesto de gastos en esa campaña era superior a los 50 millones de euros. Ahora, hace pocos días, se ha cumplido el quinto aniversario del fallecimiento de Antonio Asensio. Su muerte cambió la filosofía de la Familia Asensio con el Mallorca. Se pasó a una política más austera, que yo respeto porque gracias a ellos, estamos en Primera División. De bien nacidos es ser agradecidos. Pero, eso sí, cambió la filosofía. Nosotros todavía le debemos 4'5 millones de euros al Grupo Zeta; medio millón que pagaremos un día de estos, dos millones el año que viene y dos el siguiente. Esta deuda nos resta ingresos que podíamos dedicar a otras cosas. De los 23 millones de ingresos, había cinco o seis millones hipotecados. Esperamos aumentar un 10% de presupuesto. Aunque no garantiza nada, sí que da más estabilidad tener más ingresos. Y nuestra idea es contar con un presupuesto de entre 50 y 60 millones de euros en tres o cuatro años. Y este crecimiento pasa, inevitablemente, por un nuevo campo de fútbol.
-¿Cuál es el camino para que el club crezca en los próximos años?
-Estamos agradecidos a IB3, una televisión modesta de nueva creación porque su ayuda es importante, aunque no la solución. Hay equipos de un nivel inferior que cobran mucho más. Pero este no es el camino. Es otro. Dicen que si el Levante sube a Primera será un equipo peligroso porque le han hecho una recalificación de 150 o 200 millones de pesetas. Pero yo no lo tengo que ver así. Debo pensar, "qué tengo que hacer yo para tener las mismas posibilidades que el Levante y no digo si de 150, de 40 o de 30, y lo más importante de todo: un campo de fútbol". Es muy importante conseguir aumentar los ingresos.
-¿Quiere decir que el club compite en inferioridad con otros?
-Por supuesto. Recuerdo que una vez concluida la Universiada se quitarían las pistas de atletismo, se bajarían las gradas diez o doce metros y se cerraría todo. Porque si a mí me hubiesen dicho que iba a quedar como estadio olímpico, pido seguir en el Lluís Sitjar. Pero, la verdad, es que estamos en inferioridad con otros clubes y necesitamos un campo de fútbol. Sólo hay ocho clubes que hayan militado de forma consecutiva en Primera en las diez últimas temporadas y debemos aspirar a estar veinte años en la máxima categoría y ser un equipo consolidado. Y este crecimiento pasa por obtener más ingresos. Porque nosotros este año tendremos un déficit de 8 millones de euros. La afición me pide que no venda a éste o al otro. Y si no lo hago, tendré que asumir el déficit, reducir y aumentar el año que viene. Eso se puede hacer una temporada y a la siguiente, qué pasa. No puedes estar continuamente así. Y algo más importante: hay entre 25 y 30 recalificaciones en marcha, desde el Almería al Poli Ejido pasando por el Madrid y el Barcelona. Si no entras en esta rueda, estás condenado a competir en inferioridad de condiciones en los próximos cinco o diez años. En los últimos cinco años, hemos sufrido en cuatro. No es casualidad. Ha habido una época de austeridad motivada por el cambio de política tras el fallecimiento de Asensio y estamos pagando las consecuencias....¿Mi objetivo? Quedar entre los diez primeros y sufrir poco.
-Cuando habla de incrementar el capítulo de ingresos, es inevitable mencionar el proyecto de las torres.
-No me gusta ese título porque el proyecto del nuevo campo de fútbol del Mallorca, que es el título que le daría, no necesariamente pasa por tener torres. Aprovecho para decir que la alcaldesa no es la culpable de que tengamos la pista de atletismo. La alcaldesa, la presidenta del Consell Insular y el presidente del Govern tienen que encontrar una solución que sea buena para el Mallorca, para la ciudad y para todos. Si hay que poner el control necesario para que ninguno se piense que Vicenç Grande se beneficiará, adelante. Eso a veces es la excusa para no afrontar el problema y hay que afrontarlo. El primer objetivo, necesitamos un campo de fútbol. Que puede ser en Son Moix o en otro lugar...porque hay tres opciones: uno, hacer el proyecto en Son Moix; dos, en otro lugar; y tres, hacer un proyecto inmobiliario en otro lugar y arreglar Son Moix. ¿Y por qué no?. Solicitaremos en qué parámetros, en qué zona, qué nos dejarían hacer y qué compensaciones habría que dar para la ciudad. A mí me encantaría que fuera una torre emblemática. No por una cabezonería mía, sino porque una torre, que puede ser un mirador, puede representar para el club de 6 a 10 millones de euros de ingresos. Por el hecho de subir al mirador, de alquilar o vender el nombre de la torre y de los souvenirs. Hay que entender que un club que tiene 22 millones y que piensa que en tres o cuatro años puede ingresar la mitad por el hecho de tener una torre, de los pisos que la ciudad considere que debe tener. Si no puede ser de 40, que sea de 35. Lo que no tiene sentido es que no nos dejen edificar una torre como mínimo de los mismos pisos que el edificio más alto de Ciutat. Nosotros tenemos que presentar el proyecto al Ajuntament, pero hay un factor, que queremos que nos conteste a unas preguntas. Y es que un anteproyecto de un arquitecto vale mucho dinero. Nos ha costado 7.000 euros la maqueta y las cuatro líneas que nos han hecho. Pero la tarifa de un anteproyecto es de 200 o 300 millones de pesetas. Y no puedo ser tan irresponsable de gastarme esa cantidad de dinero para que después resulte que a esta ciudad no le va bien. Lo que pido es que me digan en qué zona, qué alturas y cómo. Que estén dispuesto a aprobarnos. Y si es que no, que lo digan. Pero no puedo tirar un millón y medio de euros en un proyecto que no sirva para nada.