Segunda oportunidad para el Mallorca de Gregorio Manzano, que esta tarde abrochará en Sevilla la semana más ajetreada y productiva de la Liga. El cuadro bermellón, que el pasado miércoles dio un paso definitivo hacia la permanencia, acaricia ya el gran objetivo de la temporada y está a punto de asegurar su décima presencia consecutiva en Primera división, aunque para conseguirlo deberá superar un trámite infranqueable que también puede alargar su agonía. El equipo que dirige Gregorio Manzano visita el campo del Betis en el último desplazamiento del ejercicio y aunque un empate podría ser suficiente para agarrarse al éxito y ahuyentar los pocos fantasmas que quedan junto a Son Moix, deberá recurrir otra vez a su manual de supervivencia para imponer sus argumentos y arrebatarle al conjunto de Serra Ferrer un objetivo común (Estadio Manuel Ruiz de Lopera, PPV, 17.00 horas).
El Mallorca no pudo sacarle todo el partido previsto a la cita intersemanal frente al Valencia, pero hizo todo lo que estaba en su mano y su candidatura a la salvación es ya la más sólida y efectiva de los ocho implicados en la pugna por mantenerse a flote. La formación balear no certificó matemáticamente su rango, pero si que lo hizo de forma virtual, dejando encarrilado un asunto que hasta hace sólo unas semanas parecía muy lejano. Sin embargo y pese a que el plantel atraviesa por el tramo más dulce de la competición, el club ha aplazado todos los festejos hasta que los números le den totalmente la razón, por lo que el enfrentamiento de hoy vuelve a lucir la etiqueta del «más importante de la temporada». A diferencia de lo que ocurría el miércoles al Mallorca le basta con ganar para solventar los últimos flecos, independientemente de lo que hagan el resto de sus competidores. Es más, con un simple punto o incluso con ninguno, podría aferrarse a la máxima categoría, aunque en ese caso si que deberá seguir muy atentamente el desarrollo de la jornada, ya que permanecer en Primera dependería del resultado que se produzca en otros estadios.
Manzano, que ha sido el primero en advertir que el Mallorca «aún no ha conseguido nada», no quiere que su equipo se deje llevar por la euforia que ha aparecido a raíz de sus últimas actuaciones y pretende culminar su trabajo por la vía rápida para evitar que la última jornada ante el Zaragoza se convierta en una pesadilla. El primer paso es preservar la misma estructura con la que sumaron los tres últimos puntos, pero el preparador de Bailén está obligado a introducir una serie de variaciones que apenas van a alterar el contenido del mensaje. El equipo recupera para el lateral izquierdo a Fernando Navarro, que devolverá a Pancho Maciel al banquillo pese a su buena actuación ante el Valencia. Con el catalán equilibrando otra vez la línea de retaguardia, el único agujero del once es el que dejará Jonás Gutiérrez, que se perderá el partido tras completar su primer ciclo de amonestaciones. Con este escenario, lo más probable es que Manzano traslade a Cristiano Doni hacia el costado derecho y que Tuni vuelva al carril izquierdo tras su reciente salida del equipo. Además, Víctor será el acompañante de Arango en la posición más avanzada y el resto del equipo se construirá en torno a los habituales.