Efe|KIEV
El DKV Joventut se juega su regreso a la élite continental, para lo
que necesita imponerse al Khimki ruso en la final de la Copa FIBA,
doce años después de que el ahora presidente del club, Jordi
Villacampa, condujeses al equipo como jugador a la conquista de la
Copa de Europa. El objetivo, inicialmente complicado, parece ahora
cercano, una vez que el cuadro de Aíto García Reneses ha superado
el escollo que se intuía más complicado, la semifinal ante el
anfitrión, el Kiev. Los jugadores de García Reneses demostraron el
viernes que el baloncesto ACB está muy por encima del ucraniano y,
ahora, intentarán confirmar que también del ruso, con la excepción
del CSKA de Moscú, cuyo potencial económico le convierte en
candidato
Una de las ventajas del DKV Joventut es que conoce bien al Khimki después de haberse encontrado con él en la segunda fase de competición. En el primero de esos dos partidos, disputado en cancha rusa, Aíto tenía pocas pistas sobre el rival y lo pagó con una derrota (95-66). Con el guión aprendido, el DKV fue superior en Badalona (83-67).