El ciclo del mejor entrenador de Àfrica en el banquillo del Palma Aqua Mágica se ha agotado. El club aceptó la dimisión que el técnico luso presentó tras la derrota ante el Tarragona (67-72) y el preparador hizo las maletas sin saber lo que es ganar un partido en España. Siete derrotas forman su historial. Prórrogas, últimos minutos fatídicos o canastas imposibles han agotado la paciencia del seleccionador angoleño, que regresará a Africa para preparar el Mundial de Japón. El enésimo tropiezo, décimo consecutivo si se tienen en cuenta la semifinal de la Copa Príncipe y los dos consecutivos (Murcia y León) que le costaron el puesto a Eloy Doce, acabó también con su crédito ante la directiva, que creyó en la necesidad de un cambio radical en la dirección del vestuario, hundido moralmente y apartado por primera vez en toda la temporada regular de las ocho plazas que dan opción a disputar las series de ascenso. El Aqua Mágica es noveno merced al colchón de catorce victorias que no se ha movido desde el pasado 22 de enero, cuando los de Son Moix se impusieron al Alerta Cantabria (91-67). El hecho de que Huelva, Hospitalet y Tarragona hayan salido reforzados de Ciutat, de la misma manera que colistas como Plasencia o La Palma tomaran aire a costa del Aqua Mágica han condenado a los azulados a pasar por un momento tremendamente delicado en lo deportivo que se refleja en un grupo humano que no encuentra la manera de encarar los partidos con confianza y espíritu ganador, dos virtudes que durante la primera vuelta les llevaron a ocupar una plaza entre los tres mejores de manera perenne.
La racha liguera de 0-9 iguala las peors de la presente temporada, firmadas por el Melilla y La Palma, dos de los verdugos de Mario Palma en su breve aventura española. Todo este cúmulo de factores y la pérdida de confianza en el proyecto hicieron a Palma poner su cargo a disposición de la directiva encabezada por Miquel Ramis, que no dudó un instante en dar luz verde al cambio en el banquillo de Son Moix, con lo que el hasta ahora segundo entrenador, Àngel Colino, se hará cargo de la plantilla profesional hasta el final de la presente temporada. Colino, mano derecha de Mario Palma desde su llegada, fue el ayudante y preparador físico durante el periplo de Eloy Doce y durante la campaña en LEB-2 se encargó de la puesta a punto en el aspecto físico del por entonces Alcúdia, dirigido por Fede Pozuelo. Tras la destitución del valenciano, Colino optó por no seguir en la disciplina del equipo, para regresar de cara a la presente campaña, en la que se ha convertido en uno de los pilares del vestuario.
Uno de los detonantes de la determinación que supone el relevo en el banquillo del Aqua Mágica fue, por encima del resultado, la actitud exhibida por la plantilla en algunas fases del choque frente al Tarragona. Palma no pudo soportar más esta situación y, después incluso de haber tenido pequeños problemas de salud condicionados por la pésima trayectoria del bloque desde su aterrizaje en Mallorca, decidió comunicar la decisión a los dirigentes, que días atrás lanzaron un mensaje de confianza en el veterano entrenador, algo que se fue por los suelos ante una situación deportivamente insostenible y que deja los «playoffs» como una compleja misión para el Aqua Mágica, que empieza la cuenta atrás el próximo viernes en el pabellón Santiago Martín ante el Tenerife, un rival directo de cara a estar entre los ocho mejores tras la jornada 34. Un equipo en el que Colino y buena parte de los jugadores -a excepción de Tutt y Bergersen- se reencontrarán con el que hasta hace poco menos de dos meses era el máximo responsable técnico del Palma, Eloy Doce, ahora segundo de Àngel Jareño en el cuadro canario, que llega en un momento complicado y con la necesidad de sumar una victoria balsámica y que les meta de lleno en la puja por los «playoffs».