T.J.
Mario Palma no tiene argumentos. La única que a día de hoy
contempla es su salida del club. Tras sumar su séptima derrota
consecutiva al frente de los isleños, entonó emea culpa, puso todos
los dedos acusadores señalándole a él y lo hizo sin hablar de la
dimisión pero con el objetivo de poner su cargo a disposición de
los responsables de la entidad que preside Miquel Ramis.
«Hay que cambiar algo y no sólo se trata de dos jugadores porque aquí el máximo responsable soy yo», declaró ayer Mario Palma, al que el rostro le delataba. «Es la primera vez que me pasa en la vida, pero estoy abierto a dejar el club si la dirección es lo que quiere», analizó el técnico luso, que apunta que el dinero no ha sido ni será nunca un impedimento para llegar a un acuerdo satisfactorio.
Palma no tiene soluciones: «Falta confianza y estar concentrado en las situaciones difíciles, porque hay errores individuales y muchas veces la pelota no quiere entrar, ni siquiera en los mates como ha sucedido en el que ha intentado Bergersen». Y es que el seleccionador angoleño asegura que «no he conseguido que el equipo juegue como quiero» y cree que no ha podido cambiar la dinámica de un grupo viciado: «El nerviosismo atenaza a los jugadores cuando los partidos se rompen y aunque hemos mejorado en defensa creo que se siguen sucediendo detalles que no permiten concretar, porque no se pueden fallar 23 lanzamientos de dos a pesar de que el ataque ya no pasa únicamente por Robert Battle».