La afición de Jorge Lorenzo por coleccionar récords de precocidad salta a la vista simplemente echando un vistazo a su hoja de servicios. Con 15 años y 1 día se convirtió el 5 de mayo de 2002 en el piloto más joven que debutaba en el Campeonato del Mundo de velocidad. Lo hizo aquí, en Jerez, y gracias a Derbi. Su siguiente gesta, ser el segundo más joven en ganar un Gran Premio, sólo superado por Marco Melandri, y el español que lo conseguía antes que nadie.
Tenía 16 años y 138 días y haciendo valer el lema «Por Fuera» se imponia en el trazado brasileño de Jacarepagua. Más tarde, firmaba la «pole» más prematura del Mundial y con seis podios en su puesta de largo en el cuarto de litro dejaba ver que no sería un piloto del montón. Sin embargo, en el curso 2005 dejó una cuenta pendiente. Quería arrebatarle el honor de ser el más joven en ganar una carrera en 250 centímetros cúbicos a Dani Pedrosa y lo tuvo cerca, pero una veces el de Castellar, otras la mala fortuna y en algunas los nervios, le dejaron sin recompensa.
Ayer, sin embargo, pudo sacarse una espina con una victoria que posee un efecto balsámico y le permite seguir estando en el club de los prematuros. Y es que no podrá superar a Pedrosa, pero con el resultado de Jerez, escala hasta el tercer puesto en la clasificación del piloto más joven en inscribir su nombre entre los ganadores de pruebas del Mundial de dos y medio. Con 18 años y 326 días, sólo tiene por delante a Dani Pedrosa (18 años y 202 días, Sudáfrica 2004) y al británico Alan Carter (18 años y 227 días, Le Mans 1983).