El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) impuso una multa de 3.000 euros al Atlético de Madrid por los incidentes que se vivieron en el encuentro ante el Sevilla en el Vicente Calderón. Además, Competición apercibe al conjunto colchonero de clausurarle sus instalaciones deportivas en caso de reincidencia, en aplicación del artículo 118, en relación con el 109, de los Estatutos federativos. Por otro lado, el Comité estimó el recurso presentado por el Atlético por la primera tarjeta amarilla mostrada al centrocampista búlgaro Martin Petrov, dejándola sin efecto disciplinario, mientras que no prosperó el recurso presentado por la amonestación a Peter Luccin, que fue expulsado, y se perderá el partido del domingo ante el Cádiz, al igual que Perea, que también vio la doble amarilla ayer ante el Sevilla.
En relación a los incidentes, Competición ratifica una amonestación a Simón Marina (Atlético) y Antonio Alvarez, segundo entrenador del Sevilla, por desconsideración al árbitro, mientras que amonesta a Pepe Murcia, entrenador del Atlético, por formular observaciones al colegiado y Marcos Alvarez, preparador físico de los sevillistas, por desatender las instrucciones de Ayza Gámez. Además hay que destacar que también figura una amonestación por desatender las instrucciones del árbitro al presidente del Sevilla, José María del Nido, que abandonó el palco para bajar al banquillo de su equipo tras la reanudación del partido.
El Atlético de Madrid, mediante un comunicado, ha pedido «disculpas públicamente a cuántos presenciaron el partido de ante el Sevilla, por los hechos acontecidos, que a buen seguro dañan y perjudican la imagen de la entidad». Mientras, la Agrupación de Peñas del club rojiblanco culpa de lo acontecido al colegiado Ayza Gámez y a los jugadores del Sevilla. Respecto a las actuaciones arbitrales, la entidad colchonera asegura que por «el desencanto generalizado de los arbitrajes recibidos durante la presente temporada, y las ganas por conseguir alcanzar las plazas europeas, no justifican en ningún caso, los hechos ocurridos, en el que determinados espectadores lanzaron objetos contundentes y peligrosos al terreno de juego».