C.R.
La plantilla del Real Mallorca disfrutó ayer de la resaca más dulce
de toda la temporada. La victoria frente al Madrid ha liberado los
ánimos de una plantilla que llevaba mucho tiempo bajo sospecha y
que ahora puede permitirse el lujo de mirar a la clasificación sin
sufrir la angustia que le maniataba hace algunas semanas. Los
jugadores volvieron ayer a los entrenamientos -disfrutarán hoy del
día libre- y por la noche una pequeña representación del vestuario
se desplazó a s'Arenal para compartir su alegría con los mismos
peñistas y aficionados que un día antes les llevaron en volandas
hacia la sexta victoria de la campaña.
El motivo de la cita era el 23º aniversario de la Penya Mallorquinista de s'Arenal, que reunió a buen puñado de seguidores en el Bar Eclipse. Allí acudieron Jonás Gutiérrez, Farinós, Tuni y Víctor, que recibieron todo tipo de felicitaciones por su actuación ante el conjunto blanco. Curiosamente, uno de los más aclamados fue el delantero de Algaida, que a pesar de no disputar un solo minuto en el último encuentro fue acogido a lo grande entre los presentes, que no olvidan que el delantero nació en la localidad arenalera.
Además de los futbolistas también asistieron a la celebración el adjunto a la presidencia del club, Ramón Rosselló; el presidente de la Federación de Penyes, Matías Rebasssa y algún miembro destacado de la Fundació Reial Mallorca como Cosme Maíz. Todos ellos disfrutaron de un suculento buffet y compartieron junto a los peñistas los momentos más felices de la temporada.
Además de festejar el aniversario de la peña con una tradicional tarta de cumpleaños, los jugadores fueron agasajados y se les emplazó a seguir trabajando para que la temporada se salde con la ansiada permanencia. Los futbolistas por su parte, agradecieron el empuje de la grada en los momentos puntuales y prometieron mantener el grado de compromiso para completar con éxito la campaña.