La era Manzano arranca en Palma. Y lo hace a lo grande. En una cita cargada de luces. Nada menos que ante el Real Madrid. El técnico jienense vuelve para sentarse en el banquillo local casi tres años después y el binomio López Caro-Pau Albertí regresa a su casa. El programa no se presenta nada mal para ser el fin de semana de carnaval (19.00 horas, Son Moix).
Todos los focos van a apuntar hoy a Manzano, que compartirá protagonismo con los galácticos. Ha asumido el reto de volver y de rearmar un proyecto en ruinas y eso el mallorquinismo lo agradece. Otra cosa es que pueda lograrlo, porque los números del equipo siguen siendo pírricos, con sólo dos victorias en casa en lo que llevamos de temporada. El triunfo amasado en Málaga le ha abierto las vías de respiración, pero el bloque bermellón sigue en la UVI.
Mallorca y Real Madrid presentan dos técnicos cortados por el mismo patrón, dos técnicos que coincidieron en el curso de entrenadores de 1994. Uno, Manzano, como profesor. El otro, López Caro, como alumno. Amantes de la psicología y del diálogo, ambos han recibido el encargo de reconducir sus naves. López Caro -Juan Ramón López cuando dirigía al Mallorca B hace un lustro- está soportando la presión tras el paso dehuracán Luxemburgo; Manzano se enfrenta a la búsqueda de la nueva identidad tras la dimisión de Héctor Cúper. Que no es poco.
El técnico de Bailén cree que es el momento ideal para empezar a sonreír y por eso ha tratado de mentalizar a la plantilla de que todo empieza de nuevo, pero con un buen puñado de jornadas ya consumidas. El triunfo en Málaga debe marcar un punto de inflexión, debe servir como puente para que el Mallorca acceda a tranquilidad. Para ello insiste en mejorar las prestaciones defensivas del equipo y en pulir los automatismos. Quiere Manzano que los delanteros presionen la salida de la pelota del rival, que los centrocampistas ahoguen la circulación y que la defensa sea algo más expeditiva. Eso se pudo advertir en Málaga, aunque la fórmula debe pasar reválida hoy ante un Real Madrid con toda su opulencia salvo el lesionado Guti. Zidane y Ronaldo, aunque renqueantes, pisarán Son Moix junto a los Cicinho, Robinho, Beckham, Casillas y Raúl, en su primer desplazamiento desde su lesión hace ahora hace tres meses. La victoria en La Rosaleda ha calentado los ánimos de una grada que estará a la altura del partido. A pesar de los precios (de 63 a 126 euros) y de la climatología adversa -podría llover durante el encuentro- casi 23.000 privilegiados podrán saborear en vivo un duelo de alto voltaje entre el talento y la ilusión, la magia y la disciplina. Sólo el Madrid es capaz de colgar el cartel de no hay billetes en Son Moix. Para dar colorido a las gradas, una empresa privada repartirá más de 15.000 manoplas rojas gigantes con el escudo del club para que la afición isleña anime a su equipo.