Miguel Luengo|MINSK
El equipo español acabó la primera jornada del duelo contra
Bielorrusia de Copa Davis al borde del K.O. al ceder Tommy Robredo
y David Ferrer sus dos partidos individuales, de tal manera que hoy
se verá abocado a triunfar en el doble si no quiere despedirse
cruelmente derrotado en Minsk. Max Mirnyi, el baluarte de
Bielorrusia, se impuso a Tommy Robredo por 6-3, 6-7 (5), 6-3 y 6-3
en dos horas y 50 minutos, mientras que David Ferrer recibió un
duro castigo al caer en su debut en esta competición frente a
Vladimir Voltchkov, por un contundente 6-3, 6-4 y 6-3 en dos horas
y 16 minutos. El debut de Emilio Sánchez Vicario como capitán del
conjunto español no ha encontrado todavía un primer punto
victorioso. Hoy, Feliciano López y Fernando Verdasco representan
las últimas esperanzas para alargar el duelo hasta el domingo, pero
tendrán que medirse con Mirnyi y Voltchkov en una contienda en la
que no parten como favoritos. Y la historia dice que España nunca
ha remontado un 2-0 adverso tras la primera jornada.
La del viernes comenzó a pelotazo limpio y Max Mirnyi cumplió con su condición de indestructible en Minsk donde encadenó su victoria número 15 en Copa Davis en su ciudad natal al imponerse a Robredo en cuatro sets. El número uno del conjunto bielorruso abrió el encuentro con un 'ace' y acabó el partido con un total de 22. Pero él mismo admitió que no había sido nada fácil. «Nunca fue un paseo», comentó con cierta ironía. Robredo necesitó tiempo para adaptarse al extraordinario juego de Mirnyi en pista rápida, y así en los primeros 24 minutos apenas vio la bola, y únicamente logró arrebatar cinco puntos al gigante bielorruso en el primer set, dos de ellos por dos dobles faltas de su rival.
Mirnyi se apoyó en su servicio como arma letal y le funcionó de maravilla, con saques nunca por debajo de los 200 kilómetros por hora y uno de ellos a 228. Ante ese arsenal, Robredo necesitaba calmarse, intentar moverle y que su rival no dominase el punto, algo difícil de conseguir porque el bielorruso se abalanzaba a la red tan pronto como podía y superarle allí era casi una utopía. El problema para el español era rentabilizar las ocasiones de ruptura, pocas, que Mirnyi le permitía. Y en el tercer juego del tercer set (con el marcador empatado a un set) dejó escapar un par de ellas que luego le costarían el partido. Tommy perdió su saque en el octavo de la tercera manga y en el séptimo de la quinta, una ventaja que Mirnyi no desperdició. Luego, muy forzado, Robredo, entregó el partido con su 7 doble falta.