Carlos Román|SAN SEBASTIÀN
El estadio de Anoeta será el punto de partida del nuevo Mallorca.
Una vez compensada la plantilla tras el ajetreo del mercado
invernal, el grupo de Héctor Cúper encara la segunda vuelta del
torneo dispuesto a recuperar el terreno perdido y lo hace con
varias novedades importantes. El plantel balear llegaba en la tarde
de ayer a San Sebastián con rostros poco habituales en los últimos
desplazamientos y hoy, ya sobre el terreno de juego, podrían
empezar a apreciarse esos cambios con los que el técnico pretende
corregir el rumbo del equipo.
Una de las presencias más destacadas de la convocatoria es sin duda la de Sergio Ballesteros. El central valenciano, que había recibido la Liga con la vitola de titular, llevaba casi dos meses sin aparecer en la lista y la última vez que siguió el juego de sus compañeros desde el banquillo fue coincidiendo con la visita al estadio de El Sadar, que actualmente recibe el nombre de Reyno de Navarra.
Sin embargo, para dar con su última participación activa con el Mallorca hay que remontarse mucho más atrás en el tiempo. Concretamente hasta el día 2 de octubre, cuando el cuadro bermellón cayó frente al Real Madrid en un partido de nefasto recuerdo para el defensa. Los isleños fueron goleados (4-0) y Ballesteros tenía que marcharse antes de tiempo del partido después de haber sido expulsado por segunda vez en la temporada (la primera había sido en la segunda jornada contra el Barça tras agredir a Carles Puyol) por doble amonestación.