Fue el colegiado que atestiguó el estreno de Héctor Raúl Cúper en la Liga española, allá por el verano de 1997. Desde entonces, su nombre casi siempre ha estado asociado a los escándalos. El último de ellos sucedió el pasado miércoles, en Mestalla, y le ha situado en el punto de mira de todo el fútbol español. Se trata de Megía Dávila, el árbitro que suspendió anteayer el Valencia-Deportivo por el monedazo que recibió su asistente Egido Rozas y que estará el próximo domingo en el estadio de Son Moix para dirigir el Mallorca-Barça...
Los datos del colegiado madrileño en la presente temporada no invitan precisamente al optimismo. De hecho, de los nueve partidos de Liga que ha dirigido, sólo un equipo puede presumir de haber capturado los tres puntos en su estadio. Fue el Cádiz ante el Athletic de Bilbao (1-0). En el resto de entregas, el equipo visitante siempre ha atrapado algún punto. Su balance es de un triunfo local, seis empates y dos victorias foráneas, en el Sevilla-Deportivo (0-2) y la Real Sociedad-Espanyol (0-1).
Su promedio de tarjetas también asusta. Suma 64 amonestaciones en esos nueve partidos, a más de siete por encuentro, repartidas de forma equitativa entre locales y visitantes. Por lo que respecta a las expulsiones, los de casa se llevan la palma, con seis rojas por cuatro del conjunto que juega a domicilio. También en el capítulo de penaltis, Megía Dávila suele perjudicar al propietario del terreno.