Un invierno más, el Real Mallorca se ha propuesto animar el mercado futbolístico de enero. La historia se repite y la SAD balear atraviesa por una delicada situación deportiva que obliga a echar mano del talonario para recuperar el pulso. Si la campaña pasada los Okubo, Romeo y compañía daban otro aire al grupo, en esta ocasión se ha vuelto a apostar por nombres contrastados y una de las joyas del fútbol argentino como fórmula para firmar la permanencia. Iban a ser tres, pero parece que la cosa va a más. Los nombres de Leonardo Nicolás Pisculichi, José Carlos de Araujo Nunes y Angelos Basinas ya forman parte de la historia del Real Mallorca. Ellos han sido los elegidos y en ellos se han depositado las esperanzas de un proyecto abonado a moverse por la zona caliente.
Pisculichi fue el primero en aterrizar. Fue el nombre propio de la Navidad y la primera carta que se jugó. El punta dio el salto y después de que el Mallorca pasara por caja, Argentinos Júniors le abrió las puertas para hacer realidad su sueño europeo. La Romareda fue testigo de su puesta de largo con la elástica bermellona, lo que le convierte en el único recién llegado que ha dispuesto de minutos.
Aquí no acababa la cosa. Los eternos problemas físicos de Eduardo Tuzzio y el papel secundario que había asumido Sergio Ballesteros en los planes de Cúper obligaban a buscar un central de garantías. Portugal era el epicentro de la actividad y tras varios nombres, sólo quedó en la agenda de Nando Pons el de Nunes, un reputado defensor que seguía el camino de Pisculichi y en cuestión de horas pasaba del Sporting de Braga a un Real Mallorca que se encomienda a la contundencia que ha mostrado en el campeonato luso, y que le ha llevado a ser uno de los defensores mejor considerados en el país vecino.
A estas alturas del curso, el mercado deja ver opciones interesantes, pero que merecen un estudio profundo antes de concretarse. Ese es el caso de Angelos Basinas. Campeón de la Eurocopa con la selección griega, el medio de 30 años lleva varios meses en el ostracismo pese a pasear un currículo que le lleva a ser un clásico en la Liga de Campeones y un fijo en los planes del equipo nacional heleno. Anduvo listo el Mallorca al atar a un medio pretendido por otros clubes. Todo ello, con el aval personal de Héctor Cúper. Y con el plazo todavía abierto, el club balear no descarta mover ficha. Iversen es el siguiente objetivo. Se busca un punta con instinto, ganas de demostrar que puede jugar en España y mentalidad ganadora, para paliar el déficit ofensivo que una posición saturada -Choutos, Yordi, Okubo, Víctor...- no ha podido paliar.