GUSTAVO LÓPEZ
«No lo hago más». Estas palabras fueron las únicas que pudo
articular David Meca a su llegada al puerto de Sant Antoni de
Portmany en Eivissa. El nadador de Sabadell, de 31 años, pasará a
la historia de la natación española por cubrir la travesía entre la
Península y las Illes Balears. Atrás quedarán los intentos del
triatleta ibicenco Juanjo Serra en 1998, de la catalana Montserrat
Tresserras en 1965 y de Eduardo Villanueva en los años
cuarenta.
El campeón mundial de 25 kilómetros en aguas abiertas apeló a la épica y llegó a las 11.35 horas a Sant Antoni tras partir el miércoles antes de las 10.00 de la localidad alicantina de Xàbia, con lo que invirtió 25 horas y 55 minutos. En la localidad pitiusa fue recibido por unas 1.000 personas que no cesaron de animarle. Meca completó su hazaña superando el frío, especialmente durante una larga noche de catorce horas, y las picaduras de las medusas, además del enorme esfuerzo que precisó para nadar ininterrumpidamente durante 110 kilómetros.
El nadador catalán alcanzó el islote de ses Bledes poco antes de las 8.00, con lo que ya podía haber dado por superado su reto, pero decidió proseguir desde allí hasta la bahía de Portmany. El deportista fue trasladado inmediatamente después de pisar tierra al hospital Can Misses de Eivissa, que hizo un parte que indicó que Meca sufre un principio de hipotermia y una lesión en un brazo, aunque fuentes del centro sanitario apuntaron que sus constantes vitales eran buenas, «aunque ya se ha sometido a una analítica completa, se le ha subido la temperatura con mantas calientes y se le ha suministrado suero», actuaciones tras las que las constantes vitales del atleta eran correctas, por lo que fue trasladado a planta.
José Meca, padre del deportista de Sabadell, comentó que durante la travesía su hijo había pasado momentos de «verdadero miedo». «En especial -explicó- cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón pero que finalmente resultó ser un pez luna».