A Eloy Doce le sobran los motivos para ser optimista. 2005 ha sido su mejor año en un banquillo y ha acabado por descubrirle como uno de los técnicos con mayor proyección del país. Cogió al Alcúdia en un momento crítico. Ascendió y asumió el reto de la LEB. Doce victorias en diecisiete partidos son su carta de presentación y un motivo para que el Palma Aqua Mágica emita buenas vibraciones hacia una hinchada que se ha ilusionado con el proyecto capitaneado por Miquel Ramis. Doce se deshace en elogios hacia sus jugadores y resalta la importancia del buen ambiente como «clave» para entender el devenir del grupo. «Buscamos jugadores que crearan ese buen rollo, y no creo que haya motivos para que se acabe. Están dando la talla tanto en la caseta como en la pista y ese trabajo también se debe valorar», admite el preparador asturiano, cuya escuadra comparte el liderato con el Drac Inca y el León (12-5), y mira con optimismo hacia la Copa. Son los anfitriones y se las verán de nuevo con su máximo rival en semifinales. «Tenía ganas de que me tocara el León, porque nos ganaron en la prórroga y era una buena ocasión para desquitarnos. Pero el Inca nos tendrá muchas ganas y será un partido eléctrico», explicaba Doce, quien tiene claro que «este equipo quiere ganar la Copa, para dedicársela a la afición y a la directiva, que tantos esfuerzos está realizando. Además, hay un título en juego y pocos clubes pueden estar a nuestro nivel y con la motivación que tendremos, más jugando en casa».
Agotado el primer tramo de competición en la LEB, Eloy empieza a hacer sus números. La dinámica del Aqua Mágica invita a pensar en los playoffs e incluso de habla de ACB. «No me asusta hablar de un posible ascenso, pero lo que quiero es sumar las victorias necesarias para estar entre los ocho primeros, y si es posible, entre los cuatro mejores. Ganando los de casa y alguno de fuera, lo lograremos. Una vez allí, puede pasar de toda», asevera el preparador, quien teme a conjuntos que cotizan al alza, «caso del Murcia o el CAI, que van a más y estarán más arriba, qué duda cabe».
Pese a todo, lanza un mensaje ante la euforia desmedida en algunas ocasiones. «No va a ser fácil estar arriba, y más en una liga en la que todo se puede ir abajo en cuestión de dos partidos», avisa Eloy, quien se muestra «fascinado y sorprendido» ante la respuesta de la afición en Ciutat, a la que defiende ante las críticas vertidas desde Inca. «Entiendo que no haya una tradición como allí, pero cuando se reúne a más de dos mil personas semana tras semanas... Algo pasa», dice el técnico.Su continuidad ha sido puesta en duda en algunas fases, pero Doce se ha mostrado tranquilo en todo momento «porque tengo total confianza con el club, y los resultados no dan lugar a la queja. De todas formas, te duele leer que puedes estar cuestionado, pero creo que en tres años, no tienen motivo de queja sobre mi labor y espero que no la tengan en lo que resta de temporada. Será buena señal».