No han pasado aún seis meses desde que Jorge Lorenzo fue operado por Xavier Mir en Barcelona, pero el piloto mallorquín regresó ayer a la Clínica Dexeus para pasar por el quirófano después de fracturarse la clavícula en los entrenamientos que el equipo Fortuna Racing ha realizado a lo largo de estos días en el circuito de Cheste.
Era la última de las tres jornadas de entrenamiento que el piloto de Aprilia afrontaba en el trazado Ricardo Tormo antes de que la pretemporaba abriera un paréntesis hasta el próximo mes de enero y la suerte volvió a darle la espalda. El día anterior había pulverizado los mejores registros dando muestras de su excelente progresión a los lomos de su flamante moto, pero su paso por la curva Champi Herreros, justo antes de la gran curva con la que acaba el circuito valenciano, precipitó los acontecimientos. El mallorquín dio con sus huesos en el suelo y el impacto supuso la rotura de la clavícula izquierda, la misma en la que ya llevaba una placa de titanio tras
sufrir un accidente durante el último Gran Premio de Catalunya.
Jorge Lorenzo fue atendido en primera instancia por los servicios médicos del circuito valenciano, pero posteriormente fue trasladado a Barcelona para ser intervenido hoy. El doctor Mir volverá a hacerse cargo de la clavícula del mallorquín, que no estuvo ni un mes de baja tras su anterior caída en tierras catalanas. El mallorquín entrará en el quirófano a las 9 de la mañana y abrirá posteriormente un periodo de rehabilitación en el que el único objetivo es llegar con las mejores condiciones posibles a la continuación de la pretemporada.
El padre del piloto, Chicho Lorenzo, no podía ocultar su preocupación, aunque la experiencia le permitía seguir los acontecimientos con otra perspectiva: «Ha vuelto a romperse del mismo lado y lo que ahora hay que tener es paciencia». En cualquier caso, Chicho admitió que cuando tuvo la ocasión de hablar con su hijo se encontraba bien pese a estar algo aturdido por un golpe en la cabeza.