Carlos Román|ALCOY
El Mallorca va a intentar saldar ante el Alcoyano una de sus
grandes cuenta pendientes de los últimos tiempos. El cuadro rojillo
no ha pasado de la segunda eliminatoria en sus dos participaciones
más recientes y hoy va a intentar acabar con un maleficio que le
persigue desde que consiguiera el título en la temporada 2002-03 y
que ha ensuciado sus números en el torneo de manera
preocupante.
El club rojinegro ascendió a un escalón superior el 28 de junio de junio de 2003, mientras redactaba la página más brillante de su existencia. Ese día, el césped del Martínez Valero acogía la tercera final copera en la que intervenía el Mallorca y como no podía ser de otra manera, los hombres entonces dirigidos por Gregorio Manzano derrotaban al Recreativo de Huelva (3-0) y trasladaban por primera vez un gran título a las vitrinas de la SAD balear. Sin embargo, esa cita marcó también un punto de inflexión en el caminar de los isleños por el torneo, ya que a partir de ese momento el Mallorca sólo ha jugado tres encuentros y dos de ellos proyectaron un saldo decepcionante.
La primera y única ocasión en la que el cuadro isleño defendía el título significó una de las decepciones más grandes del último lustro. Los mallorquines, que trabajaban bajo la tutela de Luis Aragonés, esquivaron las primeras rondas del torneo debido a su participación en la Copa de la Uefa, pero el bombo les programó un cruce frente al Levante (los valencianos estaban en Segunda división) que iba a resultar fatal.