Lluvia, montaña y ciclismo suelen formar una mezcla explosiva. Si a ello se une el talento de Malcolm Elliott y el empeño de un pelotón combativo hasta la extenuación, el éxito de la fórmula está asegurado. La penúltima etapa de la Vuelta a Mallorca hizo la selección definitiva. El dentado perfil que unía Sóller y el Port de Sóller, con Valldemossa como juez intermedio y el descenso desde Deià como lanzadera, paso factura a más de uno y acabó con los sueños de otros.
En Másters 30, 40 y Ciclodeportistas, Elliott se puso el mono de trabajo y contó con la colaboración de Félix Valcárcer, Carlos Pacios y Miquel Joan Adrover para llevar a buen puerto su meta. El mallorquín se mostró combativo en todo momento, pero sólo el primero pudo soportar el ritmo impuesto por el británico, que cruzó la meta en primera posición con un tiempo de 2:16:09 y mostró de manera definitiva sus credenciales. Con el permiso de Valcárcer, que en la general comparte el registro de 4:39:10 que vale el triunfo parcial y el liderato.
Adrover es la alternativa, a 56 segundos, pero en las clasificaciones complementarias no hay color. Elliott domina la regularidad, las metas volantes y los sprints especiales. Sólo el portugués Correia le hace sombra en la montaña y Miquel Joan Adrover se enfundó el maillot azul de mejor mallorquín de la jornada más lluviosa.