Cúper perdona...pero no olvida. El entrenador del Mallorca no escondió su enfado por la bofetada que le propinó Ballesteros a Beckham y le aconsejó serenidad para el futuro. Ni siquiera el perdón de Apelación -le ha quitado la primera tarjeta- ha suavizado el malestar del técnico argentino, que «jamás» justifica una agresión. La acción del central valenciano ocupó una porción notable de la rueda de prensa concedida ayer por el técnico argentino, que también trató las críticas recibidas en las últimas horas y el amistoso de esta tarde en Sóller.
Al de Chabas no le sorprendió la decisión del Comité de Apelación: «No me extraño que le quitaran la primera cartulina porque la jugada no me pareció ni falta. El balón no iba hacia la portería y no hubo intención de golpear a Ronaldo. Me pareció muy rigurosa esa tarjeta y, por lo tanto, está bien que se la hayan quitado», apuntó el técnico. A pesar de todo, Cúper no ocultó su disgusto por la agresión de Ballesteros, su segunda bofetada en apenas tres semanas: «A mí no me gustan esas acciones porque el fútbol es caliente y uno responde ante ciertas situaciones de distinta manera, pero una agresión no la justifico jamás».
El técnico bermellón reconoció haber hablado con el central para tratar de rectificar: «Sí, hemos hablado, pero en definitiva el que tiene que responder en la cancha es él y debe ser consciente que muchas veces también utilizan ciertas cosas como estrategia. Si yo sé que a un jugador le suban rápidamente sus pulsaciones y va a tener ese tipo de reacción...porque puede que eso esté provocado, pero hay que saber responder ante esas provocaciones si existen».
Para Cúper, Ballesteros debe templar los ánimos: «Debe resolver un tema que no es bueno para él ni para el equipo, sobre todo para el equipo. Debemos tener la calma de pensar en momentos como este. Si preparo pensando que alguien me puede provocar, cuando se dé esa situación ya debe estar preparado. Es decir, esta vez no me puedes pillar. Por supuesto que hay que controlar ese momento, aunque no es fácil controlar el carácter. A mí me gusta un jugador cuando va a una jugada, cuando mete una buena pierna, pero no cuando responde ante situaciones porque siempre es el mismo el perjudicado. A lo mejor hubo un pisotón, pero eso el árbitro no lo vio y no debe reaccionar así», subrayó el técnico.