Sergio Ballesteros podrá jugar el próximo partido de Liga ante el Racing de Santander. El comité de apelación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) estimó ayer el recurso presentado por el Mallorca tras la doble amonestación del Santiago Bernabéu que le suspendía durante un encuentro, por lo que el jugador podrá estar a las órdenes de Cúper la semana que viene. Apelación dejó sin efecto la primera tarjeta amarilla, pero no la segunda, mostrada en el minuto 75 cuando el inglés David Beckham recibió un bofetón del defensa rojillo. Sólo unas horas antes, el valenciano había admitido publicamente su error en esa acción y reconocía que su comportamiento no había sido el más adecuado: «Me equivoqué, no puedo decir otra cosa».
El defensa de Burjassot se había negado a hacer declaraciones después de su segunda expulsión de la temporada, pero ayer decidió acabar con su silencio y compareció en la sala de prensa de Son Bibiloni dispuesto a arrojar algo de luz sobre la jugada que le costó una nueva salida de campo antes de tiempo y sorprendentemente, parecía acatar el encuentro de sanción que se le había impuesto en un principio. «La primera expulsión en el Camp Nou me quitaron la primera tarjeta porque se vio claramente lo que pasó y en cuanto a la del otro día, tanto la primera como la expulsión fueron justas. Tuve una mala reacción después de una pillería de Beckham y caí en la trampa», apuntaba.
El jugador añadía que «lo único que puedo hacer es pedir perdón al equipo por haberlo dejado con diez jugadores sobre el campo en un momento duro, porque perdíamos 3-0 y quedaba todavía un cuarto de hora». A pesar de su sinceridad, Ballesteros quiso aclarar que su reacción «no fue un gesto de impotencia» y subrayó que por el momento no ha recibido ningún toque de atención por parte del club: «No me ha dicho nada, pero en cualquier caso, es un error mío y yo siempre lo he reconocido. El árbitro no vio el pisotón porque él fue más listo, pero lo mío se ve mucho».