Sebastián Viriato|NUEVA YORK
La mayor injusticia que existía en el tenis femenino quedó
eliminada con el triunfo que logró la belga Kim Clisters por 6-3 y
6-1 ante la francesa Mary Pierce en la final del US Open para darle
el primer título de Grand Slam. Clijsters, de 22 años, que había
disputado cuatro finales de Grand Slam para perderlas, tres contra
su compatriota Justin Henin-Hardenne y otra contra Jennifer
Capriati, ésta no dejó pasar la oportunidad de quedarse con el
título que se merecía por todo lo que había hecho durante la
temporada, especialmente en los torneos de verano.
La nueva campeona del Abierto no sólo logró su primer título de Grand Slam para llegar a los 28 individuales que tiene como profesional, incluidos siete esta temporada, sino que además se llevó un premio récord en la historia del deporte femenino con 2,2 millones de dólares. Clijsters, que ya había ganado 1,1 millón de dólares por ser la mejor en los torneos de verano de pista rápida Open Series, que se disputaron en Canadá y Estados Unidos, también se llevó el mismo premio que otorga a la campeona el Abierto. «No puedo describir lo que siento después de esta victoria y más lograda un año después que me operase de la muñeca derecha», declaró Clijsters. «Sencillamente estoy viviendo un gran sueño hecho realidad».
Clijsters, que recibió con una sonrisa el premio, dijo que era muy difícil de creerse que había ganado y más después de todo lo que pasó el año pasado. «Todas las frustraciones han pasado y ahora es el momento de sentirme feliz por lo que he conseguido y dejar atrás el pasado», destacó Clijsters. «Quiero darle las gracias a toda mi familia y a los aficionados de Nueva York que han sido increíbles».