Mucho parecen haber cambiado las cosas en el vestuario del Palma Aqua Mágica. Si hace una semana todo eran dudas tras inclinarse ante un EBA como el Muro, la presentación oficial del nuevo proyecto ante su nueva hinchada sirvió para maquillar la imagen de un equipo que en el Palau estuvo a años luz de su nivel y demostrar que a día de hoy puede plantarle cara a cualquiera. Porque el CAI no es uno más en la LEB. A Alberto Angulo le sobra calidad; Stewart sabe lo que es echarse un equipo a las espaldas y llevarlo a la ACB y Lescano ya no es un rookie. Antelo, Keys -ausente en Son Moix-, Vebobe y Fox, entre otros, dan lustre a un histórico que no puede permitirse más licencias. El inicio no resultó alentador, pero lejos del 2-15 que dejó helado a más de uno, lo positivo es la capacidad de reacción de los hombres de Doce. De mucho les sirvió la reprimenda del técnico, de la directiva y el hecho de que el acta del choque ante el Muro siga colgada en la caseta, recordándoles que un equipo profesional del rango del Palma Aqua Mágica no debe repetir una actuación como la del primer choque en tierras mallorquinas, donde el cuadro de Ciutat todavía no sabe lo que es la victoria.
Pero el resultado del viernes (59-64) no lo es todo. El Aqua Mágica ofreció buenas vibraciones desde su espectacular aparición sobre el parqué. Al más puro estilo americano. Láser, humo, música penetrante... Todo para reclutar al mayor número de locos del baloncesto que sea posible. Y es que en Palma hay sed de básket. Se vio desde el primer momento, y más cuando Battle se encargó de poner en pie al personal con tres tapones que suponen un anticipo de lo mucho que puede ofrecer uno de los mejores interiores de la liga argentina de las últimas campañas.Por posiciones, la de base tuvo un claro protagonista. Raúl Mena demostró que le tiene cogida la medida a Doce y eclipsó por completo a un Xavi Vallmajó al que le faltan kilómetros. En el perímetro, Pacreu le puso ganas, exhibió fogonazos de su talento, pero no estuvo fino de cara a la canasta contraria. La presencia de Pampín fue testimonial, no para la grada, que se deshizo en aplausos hacia el único mallorquín de la plantilla. Stevie Johnson fue etres resolutivo, el de las mejores ocasiones. Metió al Aqua Mágica en el partido en el último cuarto y fue el mejor con diferencia. La regularidad es su asignatura pendiente, pero certificó que su fichaje fue todo un acierto.