El Mallorca va a retomar hoy el hilo de la Liga con un partido de tamaño gigante. Se reencuentra el conjunto de Héctor Cúper con la recién iniciada carrera hacia la permanencia y lo hace en uno de esos escenarios míticos en los que cualquier desenlace es posible. El rival en cambio, no es precisamente el ideal en un reestreno de estas características. El encargado de tomarle el pulso al once balear será el Barcelona de Frank Rijkaard, que se presenta ante su gente como el actual campeón del torneo y como el candidato principal a reeditar el título a medidados del próximo mes de mayo. Tal vez no sea el mejor punto de partida posible, pero la cita reserva un margen para la sorpresa y si el equipo bermellón sabe utilizarlo, su perspectiva será muy diferente a la de los últimos tiempos (Camp Nou, PPV, 19.00 horas).
El parón motivado por los compromisos internacionales ha hecho que la derrota ante el Deportivo parezca ya muy lejana y que el encuentro de esta tarde se observe como el comienzo real de una competición en la que el Mallorca no suele sentirse muy cómodo durante los primeros capítulos. Pese a todo, nadie olvida la derrota ante el Deportivo ni la desconfianza que genera el equipo después de lo que se sufrió la temporada pasada, por lo que su actuación será examinada con lupa más allá de lo que refleje el marcador a la conclusión del partido.
El Mallorca ha recuperado la ambición en sus discursos y se ha posicionado ante el encuentro con una expresión desafiante. En el vestuario nadie se conforma publicamente con el empate y existe la sensación de que es posible obtener algo apetitoso, aunque parece que eso irá en función del propio enemigo. Nadie duda de que si el Barcelona rescata su versión de la temporada anterior las posibilidades de éxito serán reducidas, pero cierto es también que los azulgrana no tienen aún a punto su engranaje y buena muestra de ello es que la escuadra catalana hana sido incapaz de imponerse en los cuatro últimos partidos que han jugado. De hecho, el único encuentro oficial que ha disputado hasta la fecha como anfitrión se saldó con un arponazo del Betis que a punto estuvo de costarle el primer título de la campaña. El Mallorca comparece en el recinto azulgrana sin dos hombres importantes -Jonás Gutiérrez y Víctor-, pero con la base del equipo que completó el milagro de la permanencia y con algunas incorporaciones puntuales. Con respecto al once que se midió al Deportivo, la gran novedad será la irrupción de Yordi como pareja de ataque de Okubo y la vuelta de Arango, que aparece de nuevo en el once después de cumplir el partido de sanción por acumulación de tarjetas que había heredado del ejercicio anterior. La brújula del centro del campo seguirá en posesión de Farinós y Pereyra y los únicos damnificados tras el primer tropiezo serán Adrián Peralta y Tuni, que verán empezar el partido desde la banda a la espera de oportunidades. Junto a ellos estará también el griego Lampros Choutos, que ayer fue incluido por primera vez en una lista de Cúper. Los que tendrán que esperar para otra ocasión son Eduardo Tuzzio y Cristiano Doni, a los que el técnico optó por descartar a la espera de que finalice su puesta a punto. En total, sólo habrá tres incorporaciones sobre el terreno de juego. Cinco de ellas estarán en el banquillo, otras dos en Palma y una más en la enfermería.