Vuelve la Liga. Una vez aparcados los compromisos internacionales y quince días después de la salida en falso del campeonato, el fútbol pasa de nuevo al primer plano de la actualidad deportiva al tiempo que el Mallorca le lanza un reto al Barcelona. Será el primer desplazamiento del curso y la primera gran reválida para la formación que dirige Héctor Cúper, que a pesar de hallarse en pleno proceso de rodaje, empieza a a acusar la incertidumbre generada tras la derrota ante el Deportivo. Los catalanes en cambio, debutan en casa como uno de los grandes magnates de la competición y aspiran a recuperar el terreno perdido en Vitoria.
El Mallorca se ha propuesto volver de la Ciudad Condal con algún punto en su mochila y la plantilla lleva toda la semana advirtiendo que no se va arrugar ante la magnitud del Camp Nou ni ante las credenciales del campeón, al que le está costando más de lo previsto imponer su autoridad en este extraño nacimiento de curso. Cúper no va a modificar el guión establecido y apostará en el césped del Camp Nou por un equipo en el que reside la columna vertebral del curso pasado y en el que debutará etanque que tanto reclamó mientras estuvo activo el mercado de fichajes. Yordi lucirá por primera vez el número 9 en la espalda y su concurso debería paliar el déficit atacante del equipo. Con Víctor lesionado y Okubo como único acompañante, el gaditano se convertirá en el icono ofensivo de los isleños con la intención de estrenar su cuenta goleadora frente al imprevisible cuadro azulgrana.
En el bando contrario las miradas se centrarán en otro delantero centro que, curiosamente, figura entre las páginas más brillantes de la historia del club balear. Samuel Etoo parece totalmente recuperado del traumatismo craneoencefálico que sufrió durante el entrenamiento del viernes tras un encontronazo como su compañero Damià y salvo sorpresa de última hora, llegará a tiempo a la cita ante el que sigue considerando su equipo. La afición mallorquinista le sigue profesando un cariño descomunal, pero nadie oculta que su baja hubiera supuesto una excelente noticia para la seguridad defensiva del equipo isleño. En las dos ocasiones en las que el camerunés se ha cruzado con el Mallorca las consecuencias han sido fatales y la amenaza sigue presente.