El Mallorca tendrá esta temporada un presupuesto de 26 millones de euros, una cantidad ligeramente superior a la del curso anterior. Este aumento choca con la política del club de ir rebajando año tras año las partidas y obedece a la revolución veraniega, con once incorporaciones y una inversión superior a los cuatro millones de euros.
Una vez cerrado el vestuario, la dirección económica de la entidad trabaja para acicalar sus cuentas ordinarias en la medida posible, y para ello el Consejo de Administración aprobará en las próximas semanas un presupuesto que contempla un aumento de 3 millones de euros respecto a la del curso anterior, que ascendía inicialmente a unos 23 millones de euros y que se estiró hasta los 25 por la contratación de Héctor Cúper con el curso ya iniciado y los mercados de invierno.
Así, el Mallorca ha firmado a jugadores que han asumido el recorte salarial que impone el fútbol actual, que ya no entiende de grandes dispendios. Todas las contrataciones han aceptado las condiciones impuestas por el club, que aboga por una reducción progresiva de los salarios y de su presupuesto. El tope salarial es una de las medidas estrellas que fijó hace dos años la SAD balear para taponar su hemorragia económica. Los gestores del club han fijado el presupuesto inicial en 26 millones de euros, pero esa cifra está sujeta y condicionada a posibles operaciones deportivas futuras.