Con el pasaporte británico a estrenar y aún reluciente, pocas horas después de jurar la constitución de aquellas islas, Rod Brown (Dallas, Texas, 1978) da un enorme salto de calidad en una dilatada trayectoria profesional que le ha dado la ocasión de aterrizar en la Liga LEB de la mano del Drac Inca. El base, ya comunitario, será el eje sobre el que se vertebre el juego del cuadro de es Raiguer, y luce como carta de presentación una envidiable progresión dentro de la BBL. El campeonato británico es uno de los más emergentes del viejo continente y en él, Brown ha militado las cinco últimas campañas. Tras formarse en Western Michigan y haber coincidido con Anthony Stacey en su etapa universitaria, los London Leopards le permitieron disponer de una ocasión. Y Rod estuvo a la altura. Tanto que entre las temporadas 2000-2001 y 2002-03 fue uno de los bases más resolutivos de la liga. Tanto que todo un clásico de las competiciones europeas, los London Towers, se hicieron con sus servicios. Y Rod fue a más. Se destapó como un jugador regular de cara a la canasta rival y como un diplomado en el campo de las asistencias, uno de los argumentos que ha esgrimido el Drac Inca para justificar la contratación de uno de los extranjeros más prometedores de cara a la temporada que se avecina.
A punto de cumplir 27 años, este zurdo base no pudo ganar la liga inglesa, pero tuvo la oportunidad de disputar su All Star y ser nominado como uno de los mejores de la liga. Algo que quiere repetir en su aventura española. Rod Brown no tiene miedo a nada. Al contrario, no le asusta tener en sus manos buena parte de la responsabilidad deportiva de un proyecto que apunta hacia la parte alta de la clasificación en su retorno a la categoría de plata. «Desde que jugaba en la Universidad lo hago con la presión que requiere el baloncesto profesional. Estoy encantado con ello y tengo ganas de poder demostrar muchas cosas, de devolver la confianza que en mí han depositado», explicó Brown durante su presentación oficial en la sede de la Fundació Cabana, sede del Grup Drac.
El hecho de poder ingresar en una de las ligas más exigentes de Europa supone un estímulo para euno británico. «Es uno de los países con más fuerza. Para mí es un desafío, deseo probarme a mí mismo y demostrar que puedo jugar a un nivel alto, lucharé por jugar en la ACB y la LEB es una excelente pista de pruebas», admitió Brown, quien no tenía grandes conocimientos sobre el Drac Inca, pero que se ha llevado una grata impresión del vestuario tras su primera toma de contacto con los que serán sus compañeros durante los próximos meses en una temporada apasionante.