Lleida | 0 |
Real Mallorca | 3 |
LLEIDA: Eduardo, Bruno, Pelegrí, Unai, Dani Marín, Ramón Ros, Rubén, Redondo, Cruz, Centurión y Bilic.
También jugaron: Rangel, Dorado, Nakor, Carrillo, Rodri, Povedano, Romo, Santos y Óscar Rubio.
REAL MALLORCA: Moyà, David Cortés, Ballesteros, Potenza, Fernando Navarro, Borja, Farinós, Campano, Peralta, Luis García y Víctor.
También jugaron: Tuni, Jonás Gutiérrez, Arango, Maciel, Okubo, Iuliano y José.
Àrbitro: Carlos Delgado Ferreiro (Colegio vasco). Amonestó a Pelegrí, Unai y Fernando Navarro.
Goles:
0-1, minuto 26, Luis García.
0-2, minuto 65, Pereyra.
0-3, minuto 80, Arango.
Especial para UH|LLEIDA
El Mallorca de Héctor Cúper cosechó anoche una nueva victoria que le ayudará a endulzar su cargada pretemporada. En un partido plano y muy poco vistoso para el espectador, el cuadro rojillo se deshizo a domicilio del Lleida y siguió encajando las piezas de su engranaje para aproximarse aún más al modelo de equipo que busca el técnico argentino.
El partido despertó entre bostezos. Cúper apostó por el clásico 4-4-2 y alineó un centro del campo en el que Borja y Farinós debían ser los encargados de aportar luz al juego del equipo. A través de ese cauce, el Mallorca trataba de imponer sus galones y hacerse fuerte en la zona ancha, pero el empuje inicial de los catalanes taponó esa vía y obligó al técnico isleño a buscar soluciones sobre la marcha. A su vez, la defensa de Miguel Rubio le ganaba continuamente la partida a la delantera y Luis García y Víctor empezaron a desesperarse tras caer en repetidas ocasiones en la trampa del fuera de juego.
A medida que el choque se serenaba, el Lleida languidecía y el Mallorca ganaba en presencia. Aún así, la primera llegada clara de los baleares se demoró más de los previsto y tuvo que surgir de una acción a balón parado. Luis García ejecutó un saque de esquina y Potenza remató el esférico en el segundo palo, aunque sin demasiadas consecuencias (minuto 23). Otro de córner, en esta ocasión sobre la portería de Moyà, fue el origen del primer tanto del partido. El portero de Binissalem controló el cuero sin problemas y lo puso en juego con un pase largo que la defensa ilerdense no acertó a despejar. El balón, tras impactar sobre el césped, llegó a los pies de Luis García que, al primer toque, superó a Eduardo con una vaselina inapelable. El asturiano nivelaba así su punto de mira y le enviaba un mensaje a Cúper.