Carlos de Torres|TOURS
El belga Tom Boonen volvió a demostrar que, en ausencia del
italiano Petacchi, es el mejor esprinter del pelotón internacional,
al imponerse con autoridad en la tercera etapa del Tour, disputada
entre La Chataigneraie y Tours, de 212 kilómetros, en una jornada
que fue un calco de la anterior, con una escapada estéril y el
estadounidense David Zabriskie aún de amarillo. El compatriota de
Eddy Merckx aguantó el tirón en un esprint largo y apareció con su
portentoso golpe de pedal como una enorme ola verde que levantó los
brazos ante la impotencia de todos sus rivales. Dejó la segunda
plaza al austríaco Peter Wrolich y la tercera a Stuart O'Grady,
cuyo equipo, el Cofidis, se trabajó la llegada. Boonen marcó un
tiempo de 4:36.09, a una media de 46,17 kilómetros hora. En
vísperas de la contrarreloj por equipos la general no se inmutó.
Zabriskie conservó la prenda dorada, posiblemente por última vez,
aunque el CSC lo mismo se revela ante la lógica. Lance Armstrong
guardó la segunda plaza a 2 segundos. Igor González (Liberty) es el
primer español, décimo, a 1.06.
La jornada, larga y sombría, se confundió con la del día anterior. El esquema se repitió. Intentos de escapada, aventura de unos cuantos, reacción de los equipos de los esprinters y la misma foto de llegada. En la recta de llegada otro belga puso su nombre en la historia del Tour en Tours. El último vencedor fue Leon Van Bon, un clasicómano que ahora mira con envidia los triunfos del chaval de 24 años que tan solo cumple su tercera temporada como profesional, y ya con 4 etapas de la Grande Boucle en su casillero.