Efe|LONDRES
El toledano Feliciano López y el valenciano Juan Carlos Ferrero
constituyen a día de hoy la única representación española que
continúa con vida en Wimbledon para afrontar la decisiva segunda
semana del torneo. En las tres intensas primeras jornadas en el All
England Club se ha vivido una verdadera criba para el tenis
español, que siempre ha mostrado una clara preferencia por la
tierra.
López ha conseguido colocarse, por tercer año consecutivo en este Grand Slam, en los octavos de final. El jugador, uno de los pocos españoles que a diferencia de la aplastante mayoría sí disfruta sobre el césped, dio el viernes una lección de tenis en la pista 1 ante el ruso Marat Safin, que de nuevo volvió a sentirse visiblemente incómodo sobre este suelo. Al de Toledo las cosas le salieron «rodadas», como indicó, y no tuvo que hacer esfuerzos para arrollar al moscovita con su saque, su volea y sus subidas a la red. En octavos, la historia será diferente. El croata Mario Ancic, el último hombre que se impuso al intratable Roger Federer, campeón del torneo, es un oponente con características bien distintas y exigirá del toledano otro tipo de tenis.
El español Juan Carlos Ferrero es el otro español que sigue dando guerra en la capital británica. El de Onteniente superó el examen ante el alemán Florian Mayer por 3-6, 6-2, 6-1 y 6-1 y tendrá que pulir todas sus armas para afrontar el próximo test frente al suizo Roger Federer, a cuyo encuentro irá «con mucha garra». El cuadro masculino, con catorce aspirantes inicialmente, perdió a ocho ya en la ronda inicial. Cayeron Santiago Ventura, ante el alemán Florian Mayer -al que tumbó Ferrero-, Tommy Robredo sucumbió a su compatriota Fernando Verdasco, Albert Montañés perdió contra el sueco Joachim Johansson y Beto Martín lo hizo frente al británico Greg Rusedski.