Àngel López|SAN ANTONIO
El escolta argentino Emanuel Ginóbili volvió a dar otra exhibición
de juego completo y con 27 puntos fue el líder indiscutible que
guió a los Spurs de San Antonio a la victoria de 97-76 frente a los
Pistons de Detroit en el segundo partido de las Finales de la NBA.
La victoria puso a los Spurs con la ventaja de 2-0 y la serie se
traslada al Palace de Auburn Hills, donde se disputará el martes el
tercer partido. Ginóbili, que había sido también la figura en el
primero con 26 puntos, incluidos 22 en la segunda parte, esta vez
nada más iniciarse el partido hizo el primer triple para luego dar
toda una lección de como se tienen que hacer las cosas tanto en
defensa, ataque, anticipación, lucha, creatividad y concepto de
equipo. El escolta argentino, que estuvo perfecto en los tiros a
canasta hasta el cuarto periodo, al final en los 32 minutos que
jugó anotó 6 de 8 tiros de campo, incluidos 4 de 5 triples, y 11 de
13 desde la línea de personal, repartió siete asistencias, capturó
tres rebotes y recuperó tres balones.
Al igual que en el primer partido, el alero Tim Duncan hizo su trabajo al aportar 18 puntos con 11 rebotes y cuatro tapones, mientras que el alero Bruce Bowen, que jugó una gran defensa, esta vez se convirtió en el factor sorpresa al anotar 15 puntos después de conseguir 4 de 8 triples. El veterano alero Robert Horry se unió a Bowe como el apoyo extra que tuvieron los Spurs y aportó 12 puntos, con seis rebotes, cinco asistencias, cuatro recuperaciones de balón y un tapón. El base francés Tony Parker tuvo problemas con las personales, pero antes de sentarse en el banquillo aportó 12 tantos para ayudar a los Spurs, que lograron un 46,8 por ciento de acierto en los tiros de campo; un 45,8 de triples y el 82,4 desde la línea de personal para llegar a tener una máxima ventaja de 23 tantos.
Aunque bajo la dirección del base Chauncey Billups, los Pistons con siete minutos por jugarse de colocaron ocho puntos abajo en el marcador 81-73, de nuevo no pudieron con la inspiración y genialidades de Ginóbili y en los cuatro minutos siguientes habían permitido una racha de 16-2 favorable a los Spurs. Ben Wallace no fue factor como en el primer partido y se quedó con nueve tantos, ocho rebotes y un tapón. «No supimos ejecutar bien en los momentos decisivos del primer cuarto y ahí comenzó la pesadilla para nosotros», declaró Larry Brown, entrenador de los Pistons. «Si hubiésemos hecho las cosas como en los cinco primeros minutos del cuarto periodo, ahora todo sería diferente». Brown también reconoció que el problema de las personales, la mayoría más que cuestionables, perjudicó a su equipo en la primera parte cuando los Spurs establecieron la diferencia en el marcador que luego no iban a perder.