Àngel López|SAN ANTONIO
Si hubiese que buscar la palabra que más caracteriza los preámbulos
de las Finales de la NBA que a partir de mañana, jueves, comienzan
a disputar los Spurs de San Antonio y los Pistons de Detroit, está
no sería otra que la de «Defensa». Todo el mundo admite que se está
ante los dos mejores equipos defensivos que hay no sólo en la
actualidad sino en muchos años dentro de la NBA. También por
primera vez desde la temporada de 1987 los dos equipos que lucharan
por el título de liga son los dos últimos campeones después que los
Spurs lo ganaron en el 2003 y los Pistons son los defensores. Por
si todo lo anterior no fuese suficiente los dos entrenadores, Larry
Brown, responsable de los Pistons, y Gregg Popovich, de los Spurs,
son el maestro y el discípulo, al margen de grandes amigos
personales. Ante todos estos elementos de igualdad que presenta la
eliminatoria tampoco se puede hablar de un claro favorito a
conseguir el título, y si se diese algún tipo de pequeña
inclinación esta sería hacia el lado de los Spurs, que son lo que
tienen la ventaja de campo.
Si se habla de defensa, entonces hay que asumir que el factor de la capacidad física, el anticipo y la velocidad será decisiva en los momentos claves de cada partido. El escolta argentino Emanuel Ginóbili será una de las bazas importantes que el entrenador Popovich podrá presentar ante los Pistons para con sus genialidades y agresividad en las penetraciones pueda romper la defensa de los Pistons bajo los aros. La gran preocupación de Popovich es ver como responde su equipo en el primer partido de la eliminatoria después de haber estado más de una semana sin jugar por haber eliminado 4-1 a los Suns en las finales de la Conferencia Oeste, mientras que los Pistons tuvieron que disputar el séptimo y decisivo contra los Heat de Miami en la Conferencia Este.