Albert Orfila / Carlos Montes de Oca
Con dos tercios del capital social bajo su control y un respaldo
mayoritario que roza el 77%, Vicenç Joan Grande Garau (Pont d'Inca,
Marratxi; 1952) vivió ayer su primer día como el 34º presidente del
Real Mallorca. Fue una jornada frenética, cargada de llamadas y
mensajes, de compatibilizar una reunión con Héctor Cúper para
trazar las bases del futuro proyecto con una cita para comprar un
terreno. Con el mandato todavía fresco y su despacho en Son Moix
recién estrenado, el promotor inmobiliario recibió ayer a Ultima
Hora en las oficinas de Drac, su base de operaciones. Habla de un
proyecto ambicioso «dentro de nuestras posibilidades», se mira al
espejo del Villarreal y en su nuevo organigrama cobrarán mayor
protagonismo Pedro Terrasa y Pau Nadal. También esparce
agradecimientos para los dimitidos Miquel Dalmau, Vicenç Rotger e
Ignasi Esteve, y alaba la gestión de Mateu Alemany, la persona que
le convenció para que tomara las riendas del club y que confía «más
en mí que yo mismo». A pesar de los 8 millones de euros que lleva
invertidos, él dice «perdidos», en la SAD balear desde aquella
primera partida de 1'2 millones de euros de agosto de 2003, Grande
invita a los empresarios a colaborar con el deporte.
-Fue un día grande
-Por supuesto. A pesar de los nervios y del dolor de cabeza que
tuve por la mañana, fue inolvidable. Si no hubiera estado así,
sería un irresponsable porque pensaría que esto es algo fácil, que
no es, que simplemente se trata de sentarse y tomar cuatro
decisiones. Y no es así. Fue emocionante ver la expectación
mediática que se creó no por mí, sino por la figura de Mateu
Alemany, que cerraba una página del Mallorca. Con el paso del
tiempo, a Alemany se le valorará muy bien como se merece. Igual que
a Miquel Dalmau y a Vicenç Rotger, que se han ofrecido para seguir
trabajando por el bien del club porque son mallorquinistas de
corazón. Ha habido cantidad de gente que no conozco que me ha
enviado un mensaje o me han llamado para ponerse a mis órdenes. En
la situación actual, después del sufrimiento de la pasada
temporada, conseguir que tu afición responda como ha respondido en
las últimas jornadas, es algo increíble. He sido el primer
sorprendido de esa respuesta. Ser del Mallorca es como una
religión, es como pertenecer a una secta en el buen sentido de la
palabra. Tiene connotaciones importantísimas. Es un sentimiento que
junta a los mallorquines y que espero que sirva para unir a todos
los que vivimos en Balears.
-¿Cómo será el Mallorca de Vicenç Grande?
-No puedo anticipar lo que mi cerebro no tiene claro...
-Pero comenzar con Héctor Cúper en el banquillo es una
ventaja. ¿Se ha reunido ya con él?
-Es una gran ventaja y sí, hemos mantenido una primera reunión de
trabajo y a partir del lunes nos pondremos manos a la obra. Primero
tengo que pensar cómo debo organizar mi empresa (Drac). Durante un
tiempo la tendré que dejar a un lado, aunque tengo la suerte de
contar con un buen equipo, pero la idea es compaginar mi familia en
primer lugar, mi empresa en segundo y el Mallorca en tercero. Por
estimación podría poner a los tres al mismo nivel, pero yo he de
tener la suficiente habilidad como para compaginar familia, empresa
y Mallorca y que estén todos bien atendidos. Y no vivo del
Mallorca, lógicamente.
-¿Cuál será el papel del gerente Pedro Terrasa y del
presidente de la Fundació Pau Nadal?
-Cuento con ellos si ellos quieren contar conmigo. Hemos tenido un
cambio de impresiones, aunque lógicamente no hemos hablado en
profundidad porque entonces no era el presidente.
-¿Seguirán en los cargos actuales?
-Sí o no. Ya veremos. Son personas que colaborarán con el consejo
para el bien del Mallorca. Lo normal es que Pedro Terrasa se quede
en el mismo cargo y que busquemos para Pau Nadal uno de
responsabilidad institucional, social, de peñas y comunicación.
-¿Y del futuro de Pep Bonet?
-No he hablado con él. He hablado con Pedro Terrasa y Pau Nadal,
pero tengo que reunirme con Pep Bonet y con muchas más personas. La
estructura del club, comercial y deportiva, implica a mucha gente.
Lo más importante es el señor Cúper, el gerente y Pau Nadal y
después hablaremos con todos. El secretario técnico tiene una
importancia vital en un club de fútbol. Tendremos que escucharle,
escuchar a los consejeros y tomar una decisión. Yo tendré la última
palabra.
-¿A qué presidente le gustaría parecerse?
-A Vicenç Grande...Si hay un modelo de club al que me gustaría
parecerme, es el Mallorca. ¿Por qué? Muy sencillo, es uno de los
pocos equipos al margen de los grandes que se ha mantenido en
Primera División en las nueve últimas temporadas. Equipos tan
históricos como el Zaragoza, Celta, Betis, Sevilla o Atlético de
Madrid han descendido. Nosotros, por capacidad económica, no nos
podemos comparar con ellos. Nosotros nos tenemos que parecer al
Mallorca, intentar seguir el buen trabajo que se ha hecho y, si es
posible, mejorar. Hay que tener los pies en el suelo y no olvidar
las penurias que hemos pasado en los cuatro últimos años.
-¿Qué aspecto de la entidad debe mejorar?
-Yo no puedo ser como Mateu Alemany. Por lo tanto, tengo que coger
otro modelo. Por ejemplo, el del Villarreal, que tiene un
presidente (Fernando Roig) con empresas importantes y muchos
negocios, tiene un consejero delegado (Llaneza) que le lleva la
empresa, son conscientes de su modestia, que tienen la suerte de
tener un ciclo glorioso que este año juegan la Champions....Quería
puntualizar una cosa. En la última jornada, el Betis se jugaba
entrar por primera vez en la Liga de Campeones. Nosotros, ya hemos
jugado esa competición. No sabremos valorar los éxitos conseguidos
por el Mallorca hasta que no hayan pasados unos años. Tenemos dos
títulos (Supercopa y Copa), hemos sido terceros...por lo tanto, hay
que ser humildes y consciente de lo que somos. Dios quiera que el
ciclo no se haya acabado y que nos encontremos en una etapa estable
y, a ser posible, mejor. Yo firmaría estar nueve años más en
Primera División. Renuncio a la Champions con tal de estar nueve
temporadas consecutivas más en la máxima categoría.
-¿Quién ejercerá en el Mallorca la función de consejero
delegado que usted quiere?
-Eso es anticipar cosas. Lo que puedo decir es que Pedro Terrasa y
Pau Nadal se repartirán la mayoría de las responsabilidades del
trabajo diario del club. Ninguno de los dos será consejero
delegado. Ya veremos qué pasa el año que viene. Me tienen que
demostrar lo que saben hacer y después ya veremos. El club es muy
grande y sería una locura darle toda la responsabilidad a ellos
porque son dos chicos jóvenes, experimentados pero jóvenes, y hay
que esperar a que pasen unos días. Yo quiero tener un recuerdo
cariñoso para Miquel Dalmau, Vicenç Rotger y especialmente por
Ignasi Esteve, que fue el primero en venderme sus acciones para que
yo comenzase a tener más títulos dentro del club. Quiero
puntualizar que me convencieron para ser presidente Mateu Alemany,
Ramón Rosselló, Ignasi Esteve y José Miguel García porque les
prometo que el viernes no quería ser presidente de ninguna manera.
Ellos cuatro me lograron convencer y me embarcaron.
-Nunca ha ocultado su deseo de presidir el Mallorca,
pero ¿le ha llegado antes de lo previsto?
-Claro que me hacía ilusión, como a cualquier mallorquinista, pero
me hubiera hecho más ilusión de aquí a cinco o seis años porque
quería que Alemany continuara al menos dos temporadas más. El
sábado le pedí a Mateu que se quedara sin condiciones.
-Alemany dice que lo mejor que le podía pasar al
Mallorca es lo que ha ocurrido
-Él está convencido que el Mallorca necesita a alguien que tenga la
propiedad y la dirección. El cree más en mí de lo que creo yo
mismo. Mateu me ve más cualidades de las que yo me veo.
-Con su nombramiento se demuestra que el modelo que ha
regido el club en los últimos años no era válido.
-Puede estar seguro que si yo, cuando se fue el Grupo Zeta, hubiera
tenido que comprar el 50% de las acciones, no lo hubiera hecho.
Porque hay que entrar poco a poco, ver cómo está, coger un 8%, un
20%... Mi estimación por el club es la misma hoy que hace dos
años.
-¿Cuánto dinero ha invertido de momento en el
club?
-Nuestro grupo hemos perdido unos 8 millones de euros (unos 1.300
millones de pesetas), entre compras realizadas y sindicaciones, que
después se harán o no. Pero podríamos llegar a invertir esos 8
millones de euros. Hace dos años entré aportando 1'2 millones de
euros. Es una cantidad escalofriante, pero gracias a Dios el
desarrollo de nuestras empresas nos permiten asumirlo. Yo no
arriesgaría mi empresa por una cosa como el Mallorca.