Pensar en unas semifinales mallorquinas es algo así como un sueño, algo que dispararía definitivamente al tenis balear a nivel mundial. Pero desde ayer está un paso más cerca. Rafael Nadal y Carlos Moyà superaron sus respectivos compromisos y se clasificaron para la tercera ronda de Roland Garros. El manacorí tuvo un partido relativamente tranquilo ante Xavier Malisse (6-2, 6-2 y 6-4 en 1 hora y 51 minutos), mientras que el palmesano sacó adelante un encuentro complicado ante el desconocido Robin Vik (7-6, 6-7, 6-3 y 6-1 en 3 horas y 4 minutos). Richard Gasquet y Fernando Vicente serán los rivales de los mallorquines para acceder a octavos de final. Carlos Moyà fue el primero en saltar a la pista. Tuvo que jugar en una pista pequeña ante un rival que ni tan siquiera había oído nombrar antes de Roland Garros, pero el partido no resultó tan sencillo como cabía esperar. Robin Vik es un checo atípico. Como sus compatriotas tiene un buen revés, pero además cuenta con un gran servicio y una muy buena derecha. Su condición de jugador salido de la previa le permitió encarar el partido sin ningún tipo de presión. Se pasó las dos primeras horas lanzando tiros sin parar y estuvo a punto de dar un susto al jugador balear.
Porque aunque Moyà llevaba bien encarrilado el primer set, (5-4 sacando y dos bolas de set) tuvo que levantar tres pelotas de set con su saque en el 5-6 y otra más en el tie break (5-6). Finalmente Carlos se alzaba con la primera manga tras cerrar la muerte súbita con un ace (8-6). El segundo set comenzó bien para los intereses de Moyà (3-0), pero pronto se equilibró (3-3). En esta igualdad se mantuvo hasta que se llegó nuevamente al tie break. A pesar de que las muertes súbitas son una de las especialidades del mallorquín esta vez cedió y el encuentro volvía a comenzar (4-7). Este nuevo partido tuvo menos historia. Como era de esperar Robin Vik no pudo aguantar el ritmo y sus latigazos se perdían más allá de las líneas. Moyà mantenía su nivel y terminó adjudicándose el partido tras ganar los dos siguientes sets por 6-3 y 6-1.
Cuando Carlos Moyà salía de la pista, el público de la pista Philippe Chatrier, la central del complejo de la Porte d'Auteuil, comenzaba su guerra psicológica contra Rafael Nadal. El tenista manacorí ya se había metido los dos primeros sets en el bolsillo (6-2 y 6-2) sin ningún tipo de problemas y los aficionados aprovecharon dos errores de los jueces de línea para tratar de desconcentrar a Nadal. Con 3-1 a favor de Rafael y 40-15 sirviendo Malisse, el belga sacó un potente primer servicio que salió fuera. El línea no cantí y Malisse se sentó mientras bajaba el juez de silla que la cantó fuera. Malisse tuvo que sacar el segundo saque y comenzó un largo intercambio. Un revés largo de Rafael Nadal barrió la línea y el juez de línea la cantó fuera. El juez de silla hizo repetir nuevamente el punto y Malisse terminó ganando el juego (3-2).