Xisco Cruz|A CORUÑA
«Nos queda el último esfuerzo, la última final y la euforia puede
esperar siete días más». Con el rostro fustigado por los nervios,
por la tensión de noventa minutos cargados de ansiedad, Héctor
Cúper bajó el telón de la euforia y pidió un deseo en voz alta:
«Hoy debemos festejar este triunfo y calmar la ansiedad, pero
debemos dejar la euforia hasta después del partido del próximo
domingo. Sería de locos relajarse ahora, en la última jornada,
cuando lo tenemos tan cerca», recalcó el entrenador del
Mallorca.
Cúper felicitó a sus hombres por el partido realizado ayer en Riazor, una cita manejada desde el principio y cuyo valor se multiplicó por el empate del Levante-Valencia: «Ha sido una gran victoria y felicito a los jugadores por su comportamiento. Lo extraordinario de esta situación es que dependemos de nosotros mismos. Pero todavía nos queda la última final».
El de Chabas también se acordó del medio millar de camisetas rojillas que cubrían uno de los fondos de Riazor: «A la afición hay que felicitarla. Su comportamiento en las últimas semanas está siendo extraordinario y eso el futbolista, sobre todo cuando juega fuera de casa, lo nota. De un tiempo a esta parte, el equipo y la afición están en el mismo camino y eso es importantísimo».
Cúper incidió de nuevo en aplazar la euforia y dejar los fastos hasta después del partido del próximo domingo ante el Betis: «La euforia hay que dejarla hasta el final. Cada vez está más cerca, pero no podemos dejar de remar», apuntó. La metamorfosis del Mallorca ha sido espectacular. Hace sólo seis jornadas, el grupo balear estaba hundido en las cavernas de la Liga a ¡11 puntos! del Levante. Un mes y medio después, llega al epílogo del torneo un cuerpo por delante del equipo valenciano. «Ha sido un vuelco increíble y estamos todos muy felices. Ojalá logremos al final el objetivo. ¿El motivo de ese vuelco? Mejor esperemos hasta el próximo domingo», dijo.
El Mallorca jugó en Riazor mirando de reojo el Levante-Valencia. El destino del grupo balear estuvo en el aire hasta el último instante, hasta que Palop metió una mano prodigiosa en el descuento y evitó el triunfo local: «Yo iba sabiendo el resultado del Levante-Valencia. Al menos cada diez minutos iba preguntando qué pasaba. Pero lo más importante era nuestro partido, ganar nosotros. Después, si además nos ayudaban los otros marcadores, mejor».
El partidazo realizado por Yoshito Okubo, que marcó un gol y dio los otros dos, también mereció el apunte de Cúper: «Sólo sé que Okubo ha jugado cuando yo lo he creído oportuno. No puedo decir más ni entrar en valoraciones en estos momentos».
La tendencia alcista puede conducir a la relajación, en pensar que el objetivo ya está conseguido. Cúper busca motivos debajo de las piedras para evitar esa euforia: «No puede haber relajación. Sería de locos relajarse ahora. Debemos bajar la ansiedad, pero mantener la intensidad».
El entrenador argentino también analizó el sufrimiento de este campeonato: «Estoy viviendo algo extraordinario. Un camino muy duro. Pero vamos a esperar hasta el último momento. Debemos creer en lo que uno es capaz de hacer y tratar de hacerlo». A propósito de los recados lanzados durante las últimas semanas por el presidente del Levante, Pedro Villarroel, el técnico argentino apostó por el silencio: «No le tengo que enviar ningún mensaje porque no lo conozco».
Javier Irureta, por su parte, reconoció que el encuentro estuvo marcado por la despedida de Mauro Silva y Fran de la afición, aunque matizó que le dolió la goleada encajada por su equipo ante el Mallorca.
«Estoy dolido y triste por el resultado, porque nunca me gusta perder, pero he celebrado el fin de dos grandísimos jugadores», comentó.
«El resultado parecía relativo y la afición venía en plan de fiesta», recalcó el técnico vasco, para quien la derrota del Dépor se produjo por dos errores defensivos en los dos primeros tantos del Mallorca.
«Se nos puso pronto el partido cuesta arriba en dos jugadas de absoluta desconcentración y a partir de ahí jugamos a remolque y no hemos sido capaces de hacer gol», indicó.
El máximo responsable de la parcela técnica del Deportivo lamentó que con esta derrota se complicaron las posibilidades de entrar en Europa vía Copa Intertoto.
«Podíamos haber avanzado dos posiciones. Sí hay interés por la Intertoto pero en algunos equipos el miedo al descenso es muy grande», concluyó Irureta, que pudo haber dirigido su último partido con el Dépor en Riazor.