Mallorca B | 0 |
Alcalá | 1 |
MALLORCA B: Astrada (**), Tito (*), Campos (*), José (*), Camacho (*), Souaidy (-), Guzmán (*), Rafita (**), Cirio (-), Cavalli (-) y Pi (*).
Cambios: Miguel Àngel (*) por Camacho, Busi (*) por Guzmán y Sebas (*) por Rafita.
ALCALA: Leal (**), Santi López (*), Fran (*), Gonzalo (*), Joselu (*), Rodri (*), Diego (*), Hugo Grandio (*), Del Moral (*), Mateo (*)y Cristian (*).
Cambios: Roberto Alvarez (*) por Rodri, Roberto Izquierdo (*) por Del Moral y Esau (**) por Cristian.
Àrbitro: Bastos Martínez. Mostró cartulina amarilla a los locales Camacho, Tito y José y al visitante Fran.
Incidencias: Partido correspondiente a la 37ª jornada del Grupo I de la Segunda División B. Unos 500 espectadores en el estadio Lluís Sitjar. Nutrida representación del Alcalá.
Gol:
0-1, minuto 65, Souaidy en propia puerta.
Carlos Román
De la forma más cruel posible, con un autogol de Souaidy, el Mallorca B firmó ayer su sentencia de muerte. Encarcelado en la celda de castigo desde que arrancó el torneo, el filial no pudo variar el curso de su destino y acabó llorando su descenso a Tercera División. Tras una década en la pasarela nacional, con un desfile en la selecta Segunda División A, el equipo nodriza regresa a las catacumbas del fútbol balear después de un campeonato marcado por la desgracia (0-1). El Mallorca B pisó la arena temblando, con el cuchillo en su yugular. Cazorla fijó una línea de cuatro por delante de Astrada, le dejó la manija a Cavalli y el peso del gol a Enric Pi. La ausencia de Víctor Casadesús ha dejado a la vanguardia rojilla huérfana de talento, de instinto asesino. Enfrente se plantó un Alcalá cargado de batallas que mantiene un pulso a muerte con Las Palmas por la última plaza que dan acceso a la liguilla de ascenso.
El Alcalá marcó el rumbo del partido en la primera parte. El bloque madrileño acumuló suficientes ocasiones como para mandar en el marcador. La gran actuación de Astrada, que abortó clarísimas ocasiones de gol, frustró el mejor juego del Alcalá. Del Mallorca B, pocas noticas. Johan Cavalli, que había abanderado la resurrección del filial al inicio de la segunda parte, se perdió entre la maraña defensiva. Sólo la garra de Rafita, que aguantó bastantes minutos sobre el césped a pesar de sus molestias, y algunas acciones a balón parado mantenían al filial con vida.