El Manacor va a sufrir una profunda transformación a corto plazo. El club rojiblanco, que hasta ahora había sido presidido por una junta gestora en la que Joan Barceló era el cabeza visible, va a contar con un nuevo equipo directivo de reciente creación que ya se ha puesto a trabajar pensando en la próxima temporada. Este grupo, nacido a raíz de la fusión entre varios miembros de la gestora anterior y de los veteranos de la entidad, tendrá como presidente a Tòfol Barceló y su llegada se traducirá en cambios importantes. El primero de ellos será la salida del técnico de la primera plantilla, Tomás Gibert, que no seguirá en el club de Na Capellera y que probablemente dejará su puesto a un técnico de la casa.
Las conversaciones entre los veteranos y los miembros de la junta anterior se habían intensificado durante las últimas semanas y se concretaron durante una reunión que se llevó a cabo en la noche del lunes. El proceso de sucesión se alargará hasta el mes de septiembre, cuando la gestora haga oficial su dimisión para proceder posteriormente a la presentación de la nueva directa. Sin embargo, los nuevos dirigentes no esperarán tanto para ponerse a trabajar, puesto que han dado los primeros pasos para crear la nueva comisión deportiva que planificará el próximo ejercicio.
La nueva filosofía del Manacor pasa por explotar los recursos de la casa, ya que el presupuesto de la primera plantilla se va reducir considerablemente -rondará los nueve millones de pesetas- y se construirá un equipo con el único objetivo de asegurar la permanencia sin demasiados problemas. Eso provocará la baja de muchos de los jugadores que componen el plantel actual y se buscará el regreso de algunos de los futbolistas de la casa, que en estos momentos se encuentran repartidos por la Isla o defienden los colores de otros equipos.