Felipe Recuero|MARINA DE ROSSETO
El australiano Robbie McEwen, del equipo belga Davitamon Lotto, fue
el más astuto en el tramo final de la sexta etapa del Giro de
Italia, al anotarse la segunda etapa en su cuenta particular en
esta edición y séptima en su diferentes participaciones, ya que
evitó las numerosas caídas que se produjeron en el circuito final
de Marina de Grosseto donde estaba la meta. Numerosas caídas
cortaron una y otra vez la preparación del esprint, pero destacó la
registrada en la última vuelta, a falta de unos cuatro kilómetros
para el final, cuando la totalidad de los componentes del Fassa
Bortolo iba al frente preparando la llegada para Petacchi y se
fueron al prado al tomar mal una curva.
Ese accidente abría las puertas de par en par a McEwen, pues fue uno de los pocos esprinters natos que lograba esquivarlo y, aunque en el último kilómetro algún que otro corredor busco la victoria desde lejos, McEwen hizo valer su fuerza para apuntarse la victoria. Los 153 kilómetros de viaje entre Viterbo y Marina de Grosseto fueron recorridos por McEwen en 3 horas, 37 minutos y 17 segundos. Tras el australiano entraron el estonio Jan Kirsipuu y el ucraniano Volodymyr Bileka, que dieron tiempo a un primer grupo en el que no estaba Petacchi.
Ahora la general vuelve a sufrir cambio de líder y el italiano Paolo Bettini, gracias a las bonificaciones del intergiro, recupera la camiseta de líder; mientras que su compatriota y líder en la salida, Danilo Di Luca, es segundo a tres segundos, mientras que el tercer puesto es para Mazzanti a 28. Cioni está a 31 y Cunego a 33. Lo más destacado en la primera parte de la carrera fue el tirón que dio el combativo Paolo Bettini cuando divisó la pancarta del Intergiro. Un latigazo que no encontró respuesta y se llevaba los seis segundos de bonificación y pasaba a ser el líder virtual de la carrera.