C. Montes de Oca
Las calculadoras echan humo. La facción más irreductible del
mallorquinismo recurre a la aritmética para seguir enchufado a la
máquina de la salvación. Las matemáticas le conceden al grupo de
Cúper unas mínimas opciones, un clavo ardiendo al que se agarra la
SAD balear para mantener las constantes vitales en el último mes
del curso. El triunfo del pasado domingo en Soria (1-2) y la
derrota del Levante han acercado las distancias hasta los siete
puntos (ocho por el average desfavorable), un boquete de
proporciones siderales cuando sólo restan cinco jornadas para la
conclusión del torneo, pero que mantiene entreabierta la puerta del
milagro. El Racing (16º con 37 puntos, nueve más que el Mallorca) y
el Málaga (15º con 39) todavía no respiran a pleno pulmón, aunque
están a sólo un paso de dejar de asomarse al acantilado y
certificar su continuidad en la realeza del campeonato. Un vistazo
a las últimas jornadas de campañas precedentes delata la agitación
que vive el curso cuando la línea de llegada se divisa en el
horizonte. En las cuatro últimas temporadas, con la excepción de la
Liga 2002-03, al menos uno de los equipos que ocupaban posiciones
de descenso logró asomar la cabeza a la superficie en el último mes
de competición.
La temporada 2002-03 alteró las tendencias. Ninguno de los tres últimos clasificados a estas alturas de competición (Recreativo, Alavés y Rayo) pudieron cambiar su destino y acabaron en Segunda. La pasada campaña, de nuevo saltó la banca en un sprint de Liga cargado de sorpresas. El Espanyol, que atrapó la 33ª jornada con 34 puntos, a dos precisamente de la salvación, que entonces marcaba el...Mallorca, sumó 9 de los últimos 15 puntos y evitó el drama tras su triunfo en la última jornada ante el Murcia. Por contra, el Valladolid, que llegó al último mes de competición con 37 puntos, dos menos de los que suma ahora el Levante, sólo sumó cuatro más y descendió a Segunda con 41 puntos.