Rafael Nadal siempre ha sido un tipo precoz, pero los récords que está firmando últimamente sólo están al alcance de un número uno. Ayer se clasificó para las semifinales del Master Series de Miami tras arrasar a Thomas Johansson, el verdugo de Moyà, lo que le ha permitido encadenar catorce victorias consecutivas en el circuito ATP. Su triunfo le va a permitir escalar al menos hasta el puesto 21 del ranking profesional, muy cerca de la meta que se había fijado para dentro de tres meses. Pero emanacorí no quiere pensar todavía en éxitos y sólo piensa en David Ferrer, el último escollo antes de llegar a la final de Cayo Vizcaíno. A dos partidos para ganar el torneo más importante de su carrera, Rafael Nadal sólo tiene en la cabeza a su próximo rival, David Ferrer. Pero lo cierto es que sólo Roger Federer ha encadenado en la última época un récord de victorias tan importante. Emanacorí suma catorce triunfos consecutivos -cinco en el Torneo Costa Do Sauipe, cinco en el Torneo de Acapulco y cuatro en el Master Series de Miami-, lo que le va a permitir dar un salto importante en la clasificación y salir de Miami con el mejor ranking de su carrera profesional.
Antes de partir hacia Miami, Rafael Nadal se marcó como objetivo meterse entre los quince mejores jugadores del mundo después de Wimbledon (dentro de tres meses aproximadamente). Pero en dos semanas va a situarse muy cerca de su meta. Si pierde en semifinales -es el semifinalista más joven de la historia del torneo-, Rafael Nadal saldrá el próximo lunes como el número 22 del mundo. Si gana a David Ferrer se asegurará el puesto 19 y si se alza con el título alcanzará el puesto 15. Estas semifinales -no hay que descartar que alcance la final o que gane el título, ya que el año pasado ganó en este torneo a Roger Federer- suponen una buena noticia, sobre todo teniendo en cuenta que todavía no ha comenzado la temporada de tierra batida, a priori la época en la que sumará más puntos. Rafael Nadal jugará a partir de la próxima semana Valencia, el Master Series de Montecarlo, el Conde de Godó, el Master Series de Roma, el Master Series de Hamburgo y Roland Garros, todos sobre arcilla y en todos con la seguridad de que sumará puntos ya que el año pasado estuvo lesionado en este tramo del curso.Después de la temporada de tierra le quedarán otros tres torneos para sumar directamente sobre hierba: Halle, s'Hertogenbosch y Wimbledon. Mientras llegan los próximos torneos, Rafael Nadal continúa centrado en Miami. Emanacorí es uno de esos jugadores que no acostumbra a desaprovechar las oportunidades que se le presentan y ahora cuenta con una gran ocasión. Antes de mirar a su posible rival en la final, Nadal sólo quiere pensar en David Ferrer. El valenciano no ha tenido una progresión demasiado espectacular, pero en los últimos años no para de crecer. Además en el único antecedente previo, Ferrer salió victorioso. Fue en los cuartos de final del Torneo de Stuttgart del año pasado (6-3, 6-7 y 7-5). Fue un triunfo sobre tierra batida, superficie en la que los dos se manejan a la perfección, aunque el hecho de jugar sobre pista rápida favorece al balear. Ferrer es un gladiador. Un tenista que no regala ninguna pelota, pero que no cuenta con golpes ganadores para poder decidir los puntos sin necesidad de esperar al fallo del rival. No es el caso de Nadal, que defiende a la perfección y cuenta con dos golpes ganadores (derecha y revés) y atrevimiento para subir a la red a decidir los puntos.