El pleno festín del Illes Balears, Toni Colom explotó, se quitó un peso de encima y dejó claro que sólo un mal día y el poderío de Alejandro Valverde le han impedido volver a ser el protagonista de la Challenge. El de Bunyola se convirtió en el primer corredor balear en ganar una etapa de la ronda mallorquina y sigue haciendo historia en su prueba favorita. Ayer lo hizo echando el resto y aportando una dosis de rabia. Camino del Mirador d'es Colomer, todo su trabajo se fue a la nada, y ayer quiso recordar que estaba presente, después de haber sido uno de los principales culpables de que Alejandro Valverde le sucediera, al igual que hizo él hace poco menos de un año, en el libro de honor de la Challenge, un coto privado para el Illes Balears, que en dos años de vida se ha hecho con el monopolio de «su» carrera.
No fue un paseo para Valverde, pues algunos de los interesados en la general se propusieron darle trabajo al Illes Balears, que mantuvo el control de la carrera hasta que la montaña hizo mella en sus filas. Con diez kilómetros en las piernas, Joaquín Rodríguez (Saunier Duval), Luis Pérez (Relax Fuenlabrada), Yon Bru (Kaiku), Joan Llaneras (España) y Karsten Kroon (Rabobank) puntuaron en las cotas de Sa Gramola y Claret -incluso Llaneras pasó por esta última en primera posición- y llegaron a contar con una renta de 2:12.
El pelotón imprimía un fuerte ritmo para acabar con esta aventura y los promedios se disparaban. Llaneras fue el primero en bajar los brazos. Rolf Aldag (T-Mobile) y Adolfo García Quesada (Comunidad Valenciana) lograron insertarse en el grupo bueno. Ambos tenían el liderato a tiro y no querían dejar pasar la ocasión. Pasaban los kilómetros y camino del segundo paso por el Coll de Claret, ya contaban con pocas opciones de llegar a buen puerto.