Fernando Fernández
Cuando Alejandro Valverde cambió de ritmo, poco pudieron hacer sus
compañeros de aventura para evitar lo inevitable. El murciano
exhibió una superioridad insultante en la línea de meta del Port de
Sóller y remató la excelente labor de Toni Colom con una segunda
victoria que le vale la general y su presentación de credenciales
para una temporada en la que el corredor de Las Lumbreras comienza
a justificar su fichaje de la misma manera que lo reivindicó: a
base de victorias. Ya lleva dos, pero la de ayer fue una muestra
más de que se encuentra un peldaño por encima del resto.
Valverde ya no debe demostrar nada a nadie. Es un fuera de serie y
ayer tuvo a su lado a otro. El mismo que hace un año dinamitó la
Challenge. Toni Colom fue el mejor apoyo para el líder y compartió
su alegría al cruzar la línea de meta. Mientras Valverde alzaba los
brazos, el profesional de Bunyola no podía esconder su
satisfacción. Entre todos, habían conseguido cumplir el objetivo, y
ese no era otro que lograr la victoria en casa, en una Challenge
que es una asignatura de obligatorio cumplimiento para el equipo de
Eusebio Unzúe.
Pero esto no acaba aquí, algunas clasificaciones complementarias cuentan con corredores en plenitud de facultades para elevar la nómina de éxitos, y por equipos, el Illes Balears ya manda. Pero aún resta un último trago. La etapa con epicentro en Calvià se presenta llena de peligros, pero la labor de control ejercida por los Colom, Tauler, Reynés y demás no merece irse por los suelos cuando apenas restan menos de 150 kilómetros para el final de una semana vibrante.