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Fútbol/RCD Mallorca

El último samurai

Okubo aguantó 87 minutos con los tacos de César clavados en su rodilla/Pasó la noche del domingo ingresado en la Policlínica/Es baja ante el Betis y duda frente al Madrid

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Aguantó más de 85 minutos con los tacos del central deportivista César clavados en su rodilla derecha. En el descanso apenas se quejó. Y en la segunda parte, pese a la gravedad de la herida, rescató al Mallorca de sus miserias con una asistencia a Luis García en el primer gol y la firma del empate definitivo (2-2) ante el Deportivo. El día después de su irrupción en la Liga, Yoshito Okubo reposa en su domicilio con una contusión rotuliana y un pequeño derrame en la rodilla que le obligará a permanecer en cama los próximos días y a perderse, como mínimo, el encuentro del próximo domingo en el Manuel Ruiz de Lopera ante el Real Betis. Su reaparición, salvo que aparezcan otras lesiones en las próximas pruebas médicas, está prevista para el partido frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu dentro de quince días. Con los ecos de su extraordinario debut monopolizando tertulias, el nombre de Yoshito Okubo alcanzó el grado de samurai. Jugar más de 85 minutos con un agujero considerable en la rodilla y protagonizar la resurreción del Mallorca, denota la ambición de un futbolista anónimo hace unas semanas que ya se ha ganado el corazón de la hinchada.

Okubo vivió un intenso primer día vestido de rojo. Unas horas después de comandar la reacción mallorquina, con una cojera considerable, se dirigió a su domicilio para reposar. La entrada del central César a los cuatro minutos de partido, que el árbitro sólo sancionó con falta pese a la dureza de la misma, había sido brutal. Incluso los propios compañeros del japonés se sorprendieron de su valentía. Okubo atendió al enjambre de periodistas nipones que le siguen a todas partes con buen humor. La procesión, sin duda, iba por dentro. A medida que se enfriaba la herida, el dolor alcanzaba su máxima expresión. Hasta que se hizo insoportable. Al filo de la medianoche, cinco horas después de finalizar el encuentro, ya no aguantó más. Acompañado por el jefe de los servicios médicos de la entidad, el doctor Joan Pericás, y por su traductor personal, el catalán Moisés Ferrán, Yoshito Okubo fue ingresado de urgencias en la Policlínica Miramar.

Durante buena parte de la noche, Yoshi se sometió a diversas pruebas médicas, desde radiografías hasta resonancias, para evaluar el alcance de la lesión. El nipón pasó a una habitación durante la madrugada. Para mitigar el dolor, le administraron un fuerte medicamento vía suero, que le ayudó a conciliar el sueño durante unas horas. Apenas cinco o seis. Al filo del mediodía, con un rostro que delataba su cansancio, Okubo abandonó el hospital con un diagnóstico más optimista de lo que cabía esperar. El pronóstico inicial, según informó el club a través de su página web, es de 10 días de baja, tres de ellos de reposo domiciliario. Mañana, no obstante, el futbolista será sometido a nuevas exploraciones para descartar otras lesiones de gravedad en la rodilla. La lesión de Yoshito Okubo frena en seco el prometedor inicio del delantero cedido por el Cerezo Osaka. Yoshito Okubo ha entrado en el fútbol español por la puerta grande. No mostró una exquisitez técnica, pero sí un coraje y una sangre fresca que ya quisieran algunos de sus compañeros. Contagió ese carácter ganador y propició un punto de partida notable en un grupo que no destaca por su espíritu guerrero. Más bien todo lo contrario.

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