La trascendencia histórica de los encuentros entre Inca y Alcúdia se ha multiplicado con la incursión en la élite del conjunto del Nord de Mallorca. La rivalidad viene de lejos, pero el tango LEB de los de es Raiguer dejó atrás partidos cargados de tensión y en los que la Isla recuperaba parte de la esencia del deporte de la canasta. El primer cara a cara de esta nueva era cayó del lado de un Drac Inca (83-77) que estrenaba su casillero de victorias, y de paso frenaba en seco a un Alcúdia que se había convertido en la sensación tras pasar por encima de Doncel y Sabadell.
El paso de las jornadas ha servido para extraer conclusiones y poco a poco ha ido realizando la selección natural de aspirantes. Burgos y Bruesa han mostrado sus credenciales a la representación balear, que encarna a la perfección las dos caras de la estadística. Mientras que el Drac Inca pasa por ser el máximo anotador de la competición, el Alcúdia exhibe semana tras semana su manual defensivo, hasta el momento el más efectivo sobre el papel, aunque en la clasificación les ha faltado el toque de regularidad que les situaría en un lugar más acorde con sus ilimitados recursos.
El acierto e inspiración gualdinegro supera con creces incluso al tándem de cabeza (1479), liderando así el selecto club de los 1400 puntos, formado por Burgos, Bruesa, Pozuelo, Drac Inca y Hospitalet. Entre Johnson, Sneed y Moraga, unidos a la aparición espontánea de Sergio Rodríguez, Lolo Castro Alberto Alzamora, hacen que la media de puntos anotados cada jornada sean 87, por los 84,8 del Guipuzkoa.
Los números son más abrumadores a la hora de valorar la capacidad intimidatoria del Alcúdia. A 72 puntos recibidos por choque va el conjunto de Fede Pozuelo, que supera en más de tres a los madrileños del Pozuelo. Las abultadas victorias del Alcúdia han ayudado a engordar un capítulo en el que tienen mucho que decir los interiores, pero en especial un Robert Joseph que asegura una buena dosis de tapones. Este sábado (20 horas) se pueden despejar muchas dudas. Lo único garantizado es un choque equilibrado y con mucho morbo.