Eusebio Capel ha iniciado un proyecto muy ambicioso al frente de la selección española. Al técnico mallorquín le gustan los retos y quiere que su nuevo equipo tenga una amplia representación en Pekín 2008. Quiere que sus luchadores se sitúen en el top ten y para conseguirlo ha apostado por una política de descentralización. Quiere que entrenen en sus casas y va a realizar concentraciones periódicas con los equipos más potentes para que el nivel de España ascienda. Su agenda está plagada de grandes compromisos para 2005, pero van a incidir especialmente en los Juegos del Mediterráneo de Almería.
El pasado 5 de diciembre Àngel López Rojo, presidente de la Federación Española de lucha, nombró oficialmente a Eusebio Capel como nuevo seleccionador nacional. Ya hacía varios meses que trabaja en su proyecto, pero en los últimas semanas se han intensificado sus tareas porque ha organizado un programa de trabajo muy intenso. Reuniones con los técnicos y deportistas de los centros de tecnificación españoles, Campeonato de España, Internacionales en Bulgaria y Egipto, contentraciones con Azerbayán, Francia y Alemania, Campeonato de Europa, Juegos del Mediterráneo, Campeonato del Mundo y desplazamientos al centro de alto rendimiento de París entre otros, son a grandes trazos la línea marcada por Capel.
Desde la disputa del Nacional de febrero, Eusebio Capel quiere establecer dos equipos (una selección A y una selección B) para evitar que se produzcan saltos generacionales o que algunos pesos se queden sin representantes.
Eusebio Capel no esconde que el protagonismo del equipo español va a ser para los luchadores mallorquines. «No porque yo sea mallorquín, sino porque se lo han ganado» El técnico isleño compaginará su nuevo cargo con el de entrenador del Centre de Tecnificació de les Illes Balears: «Era una condición innegociable. Si me hubieran exigido que dejara la EBE hubiera dicho que no al cargo de seleccionador nacional».
El seleccionador nacional tiene claro quién va a ser el líder del equipo español: Moisés Sánchez. Recuero, el otro deportista que participó en los Juegos Olímpicos ya cuenta con treinta años y será difícil hacer planes de futuro con él.