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Okubo, la gran esperanza

El delantero nipón llega hoy a Palma para incorporarse al Mallorca, equipo en el que jugará cedido hasta final de temporada

Yoshito Okubo celebra un gol con la selección japonesa.

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Es posible que simplemente sea un fenómeno mediático, una forma de abrazar el mercado asiático. Es probable que no se adapte, que la presión le acabe aplastando, que acabe devorado por el fútbol de elite. Es lo que le ha sucedido a los dos jugadores japoneses que llegaron a la Liga española con anterioridad. Pero Yoshito Okubo (Fukuoka, 1982) se ha convertido, junto a Cúper, en la esperanza de la hinchada del Mallorca para escapar de la mediocridad. Además de engordar la cuenta corriente del club y de esparcir el nombre de Mallorca por todo Japón, el mallorquinismo se ha confiado a un delantero de piernas robustas y velocidad endiablada, a la nueva perla del fútbol nipón. Okubo llega esta noche a Palma acompañado de un buen grupo de medios que no quieren perder detalle de su ingreso en el balompié español. Mañana será presentado, pero es poco probable que pueda actuar el miércoles ante el Athletic en la última cita del año porque, seguramente, será inscrito en enero.

Yoshito Okubo fue considerado como el mejor futbolista sub 23 de Asia y ha sido internacional en todas las categorías. Llega procedente del Cerezo Osaka, club con el que ha logrado la permanencia en la última jornada del campeonato y que lo ha cedido al Mallorca hasta final de temporada, tras la que la SAD balear tiene firmada una opción de compra sobre el delantero que asciende a 2.2 millones de euros. Okubo ha disputado 15 partidos internacionales con la selección absoluta de su país, pese a que ayer no jugó ni un minuto en el amistoso que enfrentó a Japón y a Alemania. El pasado verano disputó los Juegos Olímpicos de Atenas, en los que logró marcar ante Paraguay y Ghana, y en los que impresionó con su enorme velocidad y su gran potencia en el disparo, algo que enamoró a la secretaría técnica del Mallorca. El club cerró la operación en secreto el pasado mes de agosto y trató que el atacante llegara en pretemporada, pero el Cerezo Osaka frenó la operación y la dilató hasta diciembre. Por esa razón el Mallorca reservó una plaza de extracomunitario, porque confiaba en la llegada de Okubo para final de año. La entidad isleña ha abonado 300 mil euros por tener a préstamo al futbolista que, desde que cerró su cesión, ha ido aprendiendo español en un intento por acelerar su proceso de adaptación.

Yoshito Okubo llega al Mallorca precedido por una extraordinaria fama de goleador, granjeada en los últimos años en el Osaka. En su primera temporada en la máxima categoría logró dos goles, pero al año siguiente consiguió 18 tantos en apenas 29 partidos, cifras que casi igualó en la tercera temporada: 16 dianas en 24 encuentros. Pese a su escasa estatura -apenas mide 1.68 metros-, aseguran que es un jugador muy fiable en el remate.

Todos esos números van a contribuir a mejorar las prestaciones deportivas del Mallorca, pero también van a ayudar a mejorar su economía. La sociedad japonesa, mitómana por excelencia, tiende a idolatrar a los jugadores por encima del club en el que militan, por lo que el club ya se frota las manos con los ingresos atípicos que Okubo puede generar. Las entradas en el sitio web del Mallorca se multiplicarán, la venta de camisetas se dispararán y, además, si los gestores de la entidad deciden ejecutar la opción de compra sobre el jugador, es probable que en verano se realice una gira por distintas ciudades de Japón.

Yoshito Okubo no va a ser el primer japonés que juegue en Europa, siquiera en España. Algunos de los clubes más prestigiosos del viejo continente ya han tenido en sus filas futbolistas nipones: Feyenoord (Shinji Ono), Hamburgo (Takahara), Fiorentina (Nakata), Reggina (Nakamura). Igualmente, la Liga española ya contó anteriormente con la participación de dos japoneses Akinori Nishizawa (Espanyol) o Shoji Jo (Valladolid), al margen de la escasa participación de Yasunaga en el Lleida. Ninguno de ellos acabó cuajando en el torneo nacional, pero en el Mallorca confían en alterar esa dinámica negativa ligada a los jugadores asiáticos.

Okubo, que será el primer futbolista japonés que vista la zamarra del Mallorca, está considerado en su país como el sucesor natural de Hidetoshi Nakata, un futbolista que abrió el camino con su marcha al fútbol italiano, en el que ha desarrollado toda su carrera. Ha sido uno de los pocos ejemplos de adaptación al juego europeo, a pesar de que los técnicos que han tenido bajo sus órdenes a Okubo creen que triunfará en el Mallorca: «Vaya donde vaya, jugará, por la calidad que tiene. Podría jugar en cualquier liga de Europa... Nakata también es un buen jugador, pero creo que Okubo tiene un talento superior al de Nakata. Es muy rápido, tiene una gran técnica, es joven: lo tiene todo», advirtió recientemente el croata Albert Pobor, uno de sus últimos entrenadores.

El parón invernal
Okubo tendrá un par de semanas para adaptarse al país, a la ciudad y al fútbol español. El jugador de Fukuoka llega poco antes de que el campeonato sufra un parón invernal, que aprovechará Cúper y su entorno para acelerar su proceso de aclimatación. A pesar de que el Mallorca confía mucho en que Okubo sea una pieza determinante en el equipo de cara a la segunda vuelta del campeonato, es probable que el atacante sufra en sus primeras semanas en Mallorca.

De su rendimiento también depende en gran medida su futuro y el económico del club. Si el futbolista convence a los técnicos hasta final de temporada, el Mallorca ejecutará la opción de compra que tiene sobre Okubo y entonces se abriría la puerta a una gira por Japón. Igualmente, si el ariete es titular en el equipo de Cúper, un canal privado de la televisión nipona

podría
adquirir
los derechos de los encuentros en los que juegue el delantero.

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