No hay nada que pueda cambiar la sencillez y humildad de Rafael Nadal Parera (Manacor, 1986). Hace cinco días que se convirtió en el tenista más joven de la historia que gana la Copa Davis y su vida no ha cambiado lo más mínimo. Ha continuado entrenando porque su carrera deportiva no ha hecho más que comenzar y dice que no va a concederse ningún capricho por haber levantado la Ensaladera. No da demasiado valor a su precocidad, incluso reconoce que se enteró de su hazaña después de haberse proclamado campeón de la competición por equipos más importante del tenis mundial. Ya tiene su primera Copa Davis, aunque advierte que esto no ha hecho más que empezar.
Todavía no han terminado los reconocimientos por el triunfo en el Estadio de La Cartuja en Sevilla y Rafael Nadal ya ha comenzado a mirar al futuro. No cree que su aportación de este año en la Copa Davis le asegure una plaza para el equipo español del próximo curso. Su ilusión es seguir formando parte del grupo, pero también se ha fijado importantes objetivos para la temporada 2005. No quiere hablar de top ten, pero pretende sumar más títulos y espera impaciente los torneos de tierra batida que el año pasado no pudo disputar. Su nombre suena con mucha fuerza para levantar la Copa de los Mosqueteros de Roland Garros.
-¿Siente que ha sido el gran protagonista de la victoria de España en la Copa Davis?
-Creo que he sido un jugador importante. He disputado todas las eliminatorias y además he jugado muchos partidos. En la República Checa jugué tres partidos. En Mallorca fue donde menos participé; sólo jugué el dobles y además fue un mal partido. En Alicante pude ganar el dobles con Tommy Robredo y logré el punto de la clasificación para la final. Y en Sevilla conseguí un punto importante ante el número dos del mundo. He jugado muchos partidos, pero ha sido una victoria de todo el equipo. Hemos sido cuatro jugadores y ha habido mucha gente que ha aportado muchas cosas.
-Todos los análisis de la final concluyen que su triunfo ante Andy Roddick significó mucho más que un punto.
-Probablemente el partido significara medio título. Creo que el hecho de que pudiera ganar a Roddick, al número uno estadounidense, le dio confianza y tranquilidad a todo el equipo. Nos pusimos con una ventaja muy importante. Teníamos tres posibilidades para ganar la Copa Davis. Además, todos creíamos que Carlos también podría ganarle.
-Ha sido una excelente manera de terminar un año que había dicho que fue difícil.
-Es una manera muy bonita de terminar y también una manera muy esperanzadora para afrontar el año que viene. Durante la semana en Sevilla, también la semana anterior en los entrenamientos en Mallorca, me he encontrado a un buen nivel. Estuve cuatro meses sin poder jugar y cuando volví tuve pocas alegrías salvo la de Sopot. No terminaba de coger el nivel que tenía antes de la lesión. Ahora vuelvo a sentir que me encuentro a mi mejor nivel y estoy ilusionado de poder conseguir buenos resultados la próxima temporada.
-¿Qué se siente al ganar la Ensaladera?
-Es un sentimiento increíble. Creo que es indiferente la edad que
pueda tener. Si hubiera tenido 20 ó 25 años seguro que hubiera
sentido lo mismo. Además es una victoria que he vivido muy
intensamente porque durante las cuatro eliminatorias he jugado
muchos partidos. Sin duda es algo muy bonito y espero que pueda
volver a repetirse en el futuro.
-¿Qué valor le da al hecho de convertirse en el tenista más joven de la historia que gana la Copa Davis?
-Si tengo que ser sincero, la verdad es que me enteré después de haberla ganado. Pensaba que habría alguien más joven, tal vez Hewitt. Es una cosa más en mi carrera. Para mí lo importante es haberla ganado. Lo demás son datos para las estadísticas a los que tampoco hay que darles mayor importancia.
-La prensa nacional e internacional y el público en general se ha sorprendido de su humildad y de la de su familia.
-Todo es más fácil si no crees que eres el mejor. Si crees que lo has conseguido todo o que no tienes que seguir mejorando llegan los problemas. Yo trabajo para intentar convertirme en un buen tenista y todavía me queda mucho trabajo por hacer.
-¿Va a poder celebrarlo?
-La verdad es que no tengo tiempo. Este fin de semana (hoy disputa
su primer partido) voy a jugar un torneo a Castilla León y después
voy a entrenar al máximo. A principios de enero empieza la nueva
temporada y la lesión no me dejó cumplir los objetivos de ránking
que me había marcado. Mi intención era terminar alrededor del
puesto veinte y he terminado más atrás. Así que tengo que estar a
mi mejor nivel para intentar subir en la clasificación. Los
primeros torneos el año pasado se me dieron bien y voy a tener que
defender puntos.
-¿Se va a conceder algún capricho especial por haber ganado la Copa Davis?
-No, mi vida sigue igual.
-¿Cuál es el objetivo que se plantea para el próximo año?
-No lesionarme y seguir mejorando. Creo que si no tengo problemas físicos podré subir en eranking, sobre todo porque el año pasado no pude jugar la temporada de tierra batida. Es importante jugar bien en los primeros torneo si quiero seguir en el equipo de Copa Davis y porque defiendo puntos.
-¿Top ten?
-Llegar al top ten es muy complicado. En función de cómo vayan
desarrollándose las cosas me marcaré el objetivo de ranking. Espero
poder terminar entre los quince mejores del mundo, pero para
conseguirlo voy a tener que seguir mejorando.
-Tiene una relación excelente con Carlos Moyà. ¿Se ha fortalecido todavía más en Sevilla?
-Carlos y yo tenemos una relación buenísima. Cuando nos dijeron que iba a jugar el individual nos unimos un poco más para plantear los partidos. Pasamos muchas horas juntos en Mallorca y nuestra relación me ha permitido entrar muy rápido en el circuito profesional.
-¿Con qué se queda de la victoria en
Sevilla?
-Con el público, que tuvieron una respuesta increíble y con el
último partido de Carlos. Había tenido una decepción en la
eliminatoria de Alicante y la Copa Davis era muy importante para
él. Ha sido fantástico que pudiera cumplir su sueño.
-¿Qué tal la relación con el resto del
equipo?
-Es normal que Ferrero quisiera jugar, pero es una decisión de los
capitanes. La Copa Davis la ganamos los cuatro y todos estábamos
muy contentos.