El Gobierno y la Federación Española de Fútbol (RFEF) se unieron ayer para condenar las actitudes racistas que protagonizó un grupo de seguidores españoles durante el partido amistoso que disputaron las selecciones de España e Inglaterra anteayer en el Santiago Bernabéu. «Los comentarios de tipo racista o xenófobo de este grupo, que no representa a la afición española, son intolerables en cualquier situación. No son aceptables ni en el deporte ni en ninguna otra circunstancia de la vida», indicaron a Efe fuentes del ejecutivo español.
El Gobierno quiso condenar «tajantemente» cualquier actitud racista como la protagonizada por algunos aficionados que increparon durante el partido al jugador de la selección inglesa Shaun Wright-Pillips cuando éste tocaba el balón y después hicieron extensivos sus gestos despectivos a Jermain Defoe, Jermaine Jenas y Ashley Cole, también de raza negra, al tiempo que gritaban «Gibraltar, español». La ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, anunció que la Comisión Nacional Antiviolencia incluirá en el orden del día de su próxima reunión un punto sobre los comportamientos y manifestaciones racistas en los partidos de fútbol.
La ministra afirmó que condena «sin duda» las manifestaciones racistas que «se hayan podido producir» por parte de un grupo de aficionados españoles en el citado encuentro. En opinión de San Segundo, que dijo haber hablado del asunto con el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, el objetivo es «ir reflexionando y considerando qué se puede hacer para prevenirlo y para intentar combatirlo en el caso desafortunado de que se produzca».