El Mallorca ha activado toda su maquinaria para convertir un sueño en realidad: el regreso de Héctor Raúl Cúper (Chabas, 1955) al banquillo balear. Desde que el entrenador argentino rescindiera su contrato con el Inter de Milan en la noche del pasado martes, los acontecimientos se han precipitado. Del escepticismo inicial se ha pasado a un optimismo moderado después de la primera toma de contacto que mantuvieron ayer en Madrid el presidente del Mallorca, Mateo Alemany, y el representante del técnico, Alejandro Camaño. Durante la reunión, que se celebró en el despacho del agente argentino en Majadahonda, ambas partes hablaron de una «declaración de intenciones» y acercaron las posturas en torno a la posibilidad, exigua pero tangible, de sellar el regreso de Cúper a la Isla un lustro después de su marcha. El siguiente capítulo se podría escribir hoy mismo en Italia, donde se trasladará Camaño para detallarle de primera mano la oferta mallorquinista a Cúper, que descansa en su mansión cercana al lago Como a la espera de acontecimientos.
Un accionista de la entidad balear ya negoció hace dos semanas con el técnico, tal y como avanzó Ultima Hora en su edición del pasado lunes día 18, pero desde aquella primera cita, el viento ha cambiado de dirección y ahora sopla de cara para el Mallorca. En primer lugar, la SAD balear no tiene un entrenador profesional. Y, en segundo y más importante, Cúper es un hombre libre para negociar su futuro después de rescindir el contrato que le vinculaba al Inter hasta el 30 de junio de 2005 y por el que percibía 3'5 millones de euros netos (casi 600 millones de pesetas) por temporada.
A pesar de las dificultades que rodea la contratación de uno de los técnicos más cotizados del mundo, Camaño no cierra las puertas: «Cosas más complicadas se han hecho en el mundo del fútbol. Es un tema difícil, pero mi trabajo consiste en hacer feliz a mi entrenador y si puede venir aquí, a su casa, perfecto. Las posibilidades son complicadas, pero me pagan para resolverlas y estoy trabajando en una única dirección», indicó ayer el representante a este periódico.
La reunión se ha desarrollado por los cauces de amistad y cariño: «La idea es que Cúper vuelva algún día a su casa. Por ahora escuchamos, pero ya es histórico que después de cinco años tengamos la posibilidad de juntarnos y de hablar de esa posibilidad. Héctor se siente de aquí y el hecho de que el Mallorca se acuerde de él en momentos difíciles le hace ilusión. Le pregunté si le hacía ilusión volver a la isla y se mostró encantado».
Para Camaño, la actual situación mallorquinista, alejada de la nobleza de la Liga, no es un inconveniente: «Volver a la isla sería maravilloso. Recuerdo que llegamos a este club cuando ascendió a Primera y que desde abajo se consiguieron los éxitos. Todos los recuerdos que conducen a Mallorca son extraordinarios para nosotros. ¡Cómo no vamos a escuchar la oferta del equipo de nuestra casa!».
Al margen del aspecto económico, «que ni siquiera se ha tratado hoy», uno de los temas que dificulta el fichaje de Cúper es la gran cantidad de ofertas que se acumulan sobre la mesa de su agente: «Él ha trabajado bien en el Inter y hay muchos clubes europeos detrás suyo».
Nacido en Chabas, Santa Fe, el 16 de noviembre de 1955, Héctor Raúl Cúper se formó en el banquillo de Huracán, donde colgó las botas en 1990 después de una larga carrera como defensa central iniciada en Ferro Carril Oeste. En el verano de 1997, tras firmar buenas campañas en el Lanús, un desconocido Cúper aterrizó en la isla para liderar el proyecto en Primera. En dos años condujo al Mallorca a las finales de la Copa del Rey, y de la Recopa de Europa, además de ganar la Supercopa. Después fichó por el Valencia, con el que alcanzó dos finales de Champions League, y al Inter de Milán. Un lustro después de su marcha puede regresar a la Isla. La puerta está abierta. Más abierta que nunca.