Miguel Luengo|MADRID
Dos años después de su triunfo en el Masters Series de Madrid, el
estadounidense Andre Agassi regresó al Rockódromo para dar cuenta
del bielorruso Max Mirnyi, en una jornada en la que dos zurdos
españoles se abrieron paso también, con similar agresividad.
Agassi, de 34 años, persigue en Madrid su título 18 en un Masters
Series, y ayer se deshizo de un peligroso rival como Mirnyi,
confiado por sus victorias en la fase previa, por 7-6 (5) y 6-3,
después de una hora y 28 minutos de lucha. El jugador americano
aguantó los 11 saques directos de su rival, uno de ellos a 217
kilómetros por hora, para imponerse por cuarta vez al gigante
bielorruso, y colocarse en la tercera ronda donde se enfrentará con
el vencedor del duelo entre su compatriota Vincent Spadea y el
español Rafael Nadal. El público madrileño se entregó de nuevo a
Agassi, a quien no pudo ver en acción en la final del 2002 cuando
su rival, el checo Jiri Novak no pudo actuar por una lesión. El de
Las Vegas consolidó su victoria con certeros golpes desde el fondo,
y una gran precisión en sus tiros pasantes, cuando Mirnyi intentó
bloquearle en la red.
Mientras, dos jóvenes valores españoles, dos zurdos que ya han ganado títulos este año, Rafael Nadal y Fernando Verdasco superaban también su primer escollo en este torneo. El manacorí al destrozar al italiano Davide Sanguinetti, por 6-1 y 6-2, y el madrileño al hacer lo propio con el sueco Jonas Bjorkman por 6-1 y 6-2. Para Nadal, su victoria le supone una doble buena noticia. Sale de la mala racha de sus dos últimos torneos, en Palermo y Lyon, fruto quizás del sobre esfuerzo de la eliminatoria de Copa Davis contra Francia en Alicante, y le sirve para reencontrar su juego. En Lyon, Nadal experimentó por primera vez algo que en él no es normal, bajar los brazos, tras perder el primer set ante el francés Julien Benneteu y dejar que le endosaran luego un rosco. Ayer se recuperó de sobra ante un flojo Sanguinetti, de 32 años, que venía de jugar las semifinales en Viena, y además se ha situado a un solo paso, si vence al estadounidense Vincent Spadea, de medirse con Andre Agassi.
Su motivación parece haber vuelto de forma inesperada, pero es fruto de su constante agresividad, y eso que ayer tampoco alardeó mucho de ello, pero sigue teniendo fe ciega en sus golpes, y además se ha dado cuenta que nada se consigue sin lucha. Un periodista británico le comparó con una mezcla del físico de Boris Becker y la agresividad innata de Lleyton Hewitt, y él sonrió complacido aunque mostró que ya le gustaría «porque entonces estaría mas alto». El jugador balear se mide en el último partido de la pista central de hoy ante Vicent Spadea. Para Verdasco también fue una jornada de gloria. El actual campeón de España jugó un completísimo encuentro contra Bjorkman. Estuvo muy seguro al resto ante un jugador que sabe lo que es triunfar en dobles en Wimbledon (tres veces), y mostró una moral de hierro al actuar en su ciudad. Además el pupilo de Ignacio Truyo ya sabe de qué color es la victoria tras alzarse esta temporada con su primer título en Valencia (venció en semifinales a Ferrero y a Albert Montañés en la final) y eso le motiva porque quiere seguir la estela de Nadal y Robredo.Para Verdasco, que había perdido el año pasado en primera ronda contra el chileno Nicolás Massu, esta victoria supone un inyección de moral, que va de acorde con la ascensión en su juego. Con su triunfo se medirá en segunda ronda con el eslovaco Dominik Hrbaty, décimo favorito.